La selección gallega sub-16 finalizó la segunda fase del Campeonato de España con un punto. Un empate ante Murcia y una derrota frente al País Vasco provocaron que el combinado que dirige el vigués Eduardo González Cerdán `Edu' volviera a tierras gallegas en la última posición del torneo. El seleccionador hace autocrítica después de los resultados cosechados pero valora la actitud de sus jugadoras y hace hincapié en la apuesta de futuro que ha realizado al frente de la sub-16.
- ¿Qué valoración haces de la segunda fase de la sub16?
- A nivel de resultados, mejor que en la primera fase porque conseguimos un empate ante Murcia aunque tuvo un sabor agridulce. La sensación es que perdimos dos puntos en vez de haber ganado uno porque tuvimos la iniciativa de juego, ocasiones, nos anularon un gol por juego peligroso, tiramos un par de veces al larguero... Se dieron circunstancias para poder haber ganado el partido. El empate sabe a poco. Y después contra el País Vasco el resultado no fue bueno pero aunque parezca mentira se compitió mejor que el día anterior. Parecía que las jugadoras se estuvieran jugando pasar a la final por las ganas que tenían de ganar un partido y marcharse con un buen sabor de boca. En general nos vamos muy contentos.
- ¿Estás satisfecho con el rendimiento?
- Sobre todo con la actitud de las jugadoras, que ha sido sobresaliente. La actitud fue excepcional en todo momento. Fue lo mejor de la segunda fase. Esas ganas, esa motivación... No nos jugábamos nada a nivel clasificatorio pero nos ha servido mucho para ver cómo estaban las jugadoras y pulir cosas para el año que viene.
- La sub-16 ha acabado en la última posición con dos goles a favor y trece en contra. ¿Qué se ha hecho mal?
- Algo hemos hecho mal, yo el primero. Asumo toda la responsabilidad de los resultados. Somos un cuerpo técnico pero el último responsable soy yo. ¿Qué hemos mal? No creo que hayamos hecho muchas cosas mal. De la sub-16 del año pasado nos hemos quedado con cinco jugadoras cadetes de segundo año. Era una generación muy buena y eso se ha visto en la sub-18, que ha estado a punto de entrar en la fase final. La Federación se ha volcado de lleno para que nosotros pudiéramos ver jugadoras pero hemos tenido problemas para encontrar calidad en las jugadoras. Hay un buen número de jugadoras de último año pero quizá la calidad no es suficiente para estar en la selección. Entonces han venido jugadoras muy jóvenes. Hemos llevado a seis jugadoras infantiles y cuatro cadetes de primer año. Diez jugadoras de 18 que no son cadetes de segundo año. Es cierto que tuvimos que convocar a jugadoras más jóvenes a las que quizá aún le quedan un poco grande estos campeonatos. Jugadoras con más experiencia quizá habrían podido leer mejor partidos igualados como el de la primera fase contra Baleares. Y en esta segunda fase podríamos haber conseguido más contra Murcia con jugadoras más experimentadas. Aun así estoy contento de haber llevado jugadoras jóvenes porque sirve de labor para el año que viene. Les sirve de motivación y creo que así podemos hacer un grupo competitivo para el futuro y optar a cotas mayores. Además, en los clubes hay aspectos que faltan por pulir. A nivel táctico hay jugadoras que están un poco verdes. Con los pocos entrenamientos que tenemos tampoco podemos corregir muchos aspectos.
- ¿Ha pasado factura el hecho de empezar la segunda fase sin opciones de clasificación?
- Sabíamos que no teníamos opciones. ¿A qué fuimos? A competir lo mejor posible. Hicimos cinco cambios respecto a la primera fase. Entraron cinco jugadoras nuevas para que sepan lo que es competir a ese nivel y para que eso les sirva dentro de unos años. Que sepan cómo reaccionar en el campo, que sepan jugar un partido importante, que sepan lo que se siente...
- ¿El cuerpo técnico hizo algo para trabajar la motivación en un torneo sin opciones de clasificación?
- Siempre llevamos preparadas algunas tareas, sobre todo de motivación y de trabajo de cohesión de grupo. Tareas para que se hablen, que es un problema que tienen todas. Ya sea por miedo escénico o porque son introvertidas pero les cuesta hablarse en el campo. Para mejorar eso preparamos tareas y algún juego, más que nada para que sea distendido, para que se suelten, se relajen y les sirva para que en el campo se hablen más. Y de tareas motivacionales, muy poquitas en esta segunda fase. Las charlas de la noche anterior al partido eran cortitas porque ya se les veía en la cara que estaban enchufadas.
- ¿Tiene futuro esta generación?
- Sí. Es un grupo jovencito que quizá el nivel del campeonato de este año se les ha quedado un poco grande. Pero si siguen trabajando juntas yo creo que este grupo puede llegar lejos. Hemos tenido 23 jugadoras entre la primera y la segunda fase y hemos trabajado con un grupo de 30-35. Si esas jugadoras siguen trabajando juntas, pueden optar a algo. Lo bueno de estas jugadoras es que han sido convocadas muy jóvenes y han visto que la sub-18 ha estado a punto de clasificarse para la fase final. Eso las motiva. Además sus ídolos son jugadoras de la sub-18 como Tere, Lía, Nuria... Antes los referentes eran más lejanos como Vero o Mari Paz pero ahora es que van en el mismo bus. Algunas me decían 'quiero jugar como Tere, quiero jugar como Lía". Es una motivación extra.
