La dignidad de un equipo castigado por todos los condicionantes
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La dignidad de un equipo castigado por todos los condicionantes

La dignidad de un equipo castigado por todos los condicionantes
14 diciembre 2019 Fútbol Tercera División Temporada 2019-2020 Paiosaco - Bergantiños 0-0

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El Paiosaco tiene un pie en la Preferente Autonómica. Si el equipo de Juan Riveiro consigue la permanencia en Tercera División esta temporada, el Concello de A Laracha deberá hacer una estatua de cada futbolista y de cada miembro del cuerpo técnico y la Federación Gallega de Fútbol tendría que entregar algún tipo de broche o distinción a esta gente que se deja la piel en cada partido a pesar de todos los condicionantes que tiene en contra: el más importante es que ocupa la última posición de la clasificación.

El partido del pasado martes ante el Fabril en Abegondo es el ejemplo perfecto de la realidad del equipo verdiblanco en lo que va de liga: primera parte impecable ante un equipo con uno de los tres presupuestos más poderosos de la categoría, ventaja al descanso y, a partir de ahí, lo de siempre. A los 35 segundos tras la reanudación, encajó el 1-1 y, poco después, el 2-1. El central Edu Dias a la caseta por doble amarilla. Después Juan Riveiro. Y, al final, derrota por 4-2. “Jugamos como nunca y perdimos como siempre”, como podría decirse en un caso así.

Lo de las expulsiones que está sufriendo el equipo de Juan Riveiro es escandaloso: entre jugadores y entrenador, en tres de los cuatro últimos partidos de liga, el Paiosaco ha visto siete rojas: tres contra el Silva, dos ante el Arzúa y otras dos frente al Fabril. En una situación desquiciante, el Paiosaco, con un camino por delante que se puede hacer muy largo, está demostrando una dignidad inmensa que no será difícil de mantener.

A nivel táctico, el equipo dio un recital ante el Fabril en la primera parte del encuentro del pasado martes. Ideas muy claras de cómo quería presionar, de las zonas en las que quería robar y contraatacar y de la banda (Bilal contra Martí Vilá) en la que intentar hacer ataques estáticos. Después de un primer tiempo perfecto, encajar en a los 30 segundos de la segunda mitad debe ser mortal para un equipo que es colista y que estaba ganando en casa de un favorito al ‘playoff’. Aún así, a pesar del 1-1, del 2-1, del 3-1, de la expulsión de Edu, el Paiosaco no se rindió. Marcó el 3-2, recibió el 3-2 y Josiño, el capitán que quería ser titular y que calentaba en un fondo, no dejó de animar a sus compañeros, de apoyar y alentar pese a las adversidades. Eso es dignidad.

La dignidad de un equipo castigado por todos los condicionantes

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