Mientras que Unionistas se encuentra en una posición cómoda en la tabla clasificatoria y una victoria esta tarde (16.00 horas) en Barreiro podría ser prácticamente definitiva de cara a la permanencia en su primera temporada en Segunda División B, el Celta B se encuentra en una situación mas delicada y, aunque fuera de los puestos de descenso directo, una derrota podría situarle una vez más en el temido playout.
Una de las principales curiosidades del partido, sobre todo para el público de A Coruña y de Vigo es que el lateral derecho Blas Alonso, que en el mes de enero dejó el Fabril después de once temporadas en el Deportivo para fichar por Unionistas, volverá a enfrentarse una vez más (decenas y decenas en su carrera) a un equipo de la cantera celeste.
Después de una pasada temporada prácticamente para enmarcar, el rendimiento del Celta B, aunque no tan drástico como el del Fabril, ha caído en picado. Si el filial del Deportivo es último tras haber sido subcampeón el pasado curso incluso con opciones de título en la última jornada, el filial del Celta, que también disputó el playoff compitiendo a un nivel muy alto, no tiene nada que ver con el del pasado ejercicio ya que en este lucha por la permanencia.
El equipo de Rubén Albés, sin Pampín, Dani Molina ni Aarón (lesionados), tendrá enfrente a Unionistas (Albisua, Diego Hernández, Cendrós y Juanmi son baja), ese equipo que se formaron los socios de la Unión Deportiva Salamanca tras su desaparición. En teoría, es el modesto (juega en Las Pistas) de los dos equipos de la ciudad salmantina en Segunda B –el otro es el Salamanca UDS– pero es el que, por ahora, está por delante en la clasificación.
