Toque de atención, bofetada de realidad, punto de inflexión... Así califican Manu Sánchez, entrenador del Depor Abanca, y sus jugadoras el partido que les enfrentó al Granadilla en el Trofeo Teresa Herrera. “Contigo empezó todo”, que diría Piqué (o fue Kevin Roldán).
El 10 de agosto de 2018 se disputó en Riazor aquel encuentro entre un Depor recién ascendido y un Granadilla que había terminado las dos últimas temporadas en la cuarta posición. “Sabíamos que era una prueba importante, sobre todo para las jugadoras, para que se diesen cuenta de que todavía no estábamos al nivel físico que nos iban a exigir en Primera”, recordaba Manu.
El equipo visitante salió con mucha fuerza y superó a las blanquiazules en 25 minutos sin respuesta. María José, por partida doble, y Raissa firmaron un 0-3 inapelable. Se relajó el Granadilla y el Depor se metió en el partido, con la pelota y con el gol de Alba Merino nada más empezar la segunda mitad, pero sentenciaron las canarias con los tantos de Tata y Silvia Doblado que dejaron un 1-5 final muy contundente.
El resultado y las sensaciones despertaron al equipo coruñés, que ese mismo día en el vestuario ya se conjuró para darle la vuelta a una situación peligrosa. Tenían un mes para reaccionar y dar un paso adelante en varios aspectos, sobre todo el físico. “Sabíamos que nos teníamos que poner las pilas y trabajar duro para llegar a ese nivel o que íbamos a sufrir mucho”, recordaba Miriam, una de las capitanas en una entrevista para este diario.
Mono de trabajo
Manu entonó el “yo ya lo dije” y sus jugadoras asumieron que tocaba vestirse el mono de trabajo. La encargada de poner a tono a la plantilla fue Lucía Piñeiro, la preparadora física, que diseñó sesiones con una carga importante para alcanzar el nivel deseado. “Nos da mucha caña”, reconocía Athenea en declaraciones para este medio. “Es una preparadora ‘top’, de las mejores que he tenido desde que juego al fútbol”, añadía la cántabra.
El cambio de actitud y de dinámica dio sus frutos desde la jornada 1. En el histórico debut deportivista en Primera, con victoria ante el Espanyol, ya se notó un avance en la condición física. Y es que el cuadro blanquiazul acabó los últimos minutos más entero y repitió en algunos de los partidos ante otros rivales presumiblemente superiores en esa faceta.
Con el recuerdo de aquel partido y con la satisfacción del objetivo cumplido –los 30 puntos en la clasificación dan por zanjada la permanencia–, el Depor visita el domingo Tenerife (18.30 horas) para medirse a un equipo diferente al del último Teresa Herrera. Dos cambios de entrenador y varias caras nuevas en la plantilla así lo indican.
Será el segundo partido de los tres que disputará el Depor en un margen de ocho o nueve días. El fin de semana del 15-16 visita Madrid para medirse al Rayo Vallecano y el 22-23 recibe al Sporting Huelva, también en Abegondo. No es el único encuentro pendiente de las blanquiazules, que todavía no tienen fecha para la jornada 9 contra el Logroño, aplazada por la huelga.
