La selección española sub-19 no falla. Es la actual campeona continental y ejerció como tal ante la débil Hungría. Cumplió con el pronóstico, goleó y el martes se jugará contra Irlanda la clasificación para la fase final del Europeo. La deportivista Teresa Abelleira, única gallega en la convocatoria, volvió a ser titular, disputó 58 minutos y se marchó ovacionada por la afición del estadio Verónica Boquete de San Lázaro.
Pedro López le dio un giro total a la alineación inicial con respecto al primer partido, la victoria del pasado miércoles contra Serbia. La portera Cheza, las defensas Itziar Pinillos y Laia Codina, la centrocampista Silvia Rubio y las delanteras Candela Andújar, Claudia Pina y Athenea del Castillo fueron las novedades en el once.
Hay pocas indiscutibles en el combinado nacional. Pina, suplente en el estreno, se erigió en la gran protagonista al anotar cuatro goles. No en vano fue una de las estrellas en el Mundial sub-17 que España conquistó el pasado año. Eva Navarro, decisiva con un doblete contra Serbia, partió ayer desde el banquillo. Sí repitió Teresa, que se situó de interior por la izquierda, participó activamente en la creación del juego y disparó dos veces, aunque sin fortuna.
España salió a por todas desde el principio. Necesitaba golear para superar a Irlanda en la clasificación y evitar una eliminación en caso de empate en el último partido. Con el 7-0 a Hungría es la Rojita la que estaría en la fase final con una ‘X’ el próximo martes.
Presión alta, circulación rápida y pegada fueron las claves de un inicio arrollador. Silvia Rubio abrió el marcador con un disparo desde unos 30 metros que sorprendió a la guardameta húngara, ligeramente adelantada. Con la inercia del primer gol y sabedoras de su superioridad, las españolas se lanzaron a por el segundo y solo tres minutos después volvió a marcar Silvia.
La centrocampista del Madrid CFF se internó por el pasillo central, combinó con Claudia Pina, porfió con una defensa rival y definió en el mano a mano.
Cesó la lluvia que recibió a los dos equipos en una típica tarde compostelana, fría y húmeda, pero no paró el chaparrón de juego de la Rojita. Se cumplía el minuto 12, recuperó Teresa en campo rival, asistió al espacio para Rosa Márquez, que fue derribada en el área y la colegiada señaló penalti. Pina no falló desde los once metros para hacer el tercero y el primero de su ‘póker’ particular.
La delantera del Barcelona firmó el 4-0 a placer tras una preciosa acción de su compañera, de club, Candela Andújar. La extremo diestra bailó a su marcadora con fintas y regates que levantaron los olés de la grada.
España levantó el pie del acelerador, aunque pudo hacer algún gol más antes del descanso. Metió una marcha más en los últimos 30 minutos con el carrusel de cambios y el evidente bajón físico de las húngaras. Pina completó su genial actuación con dos tantos más al aprovechar sendas asistencias de Nerea Eizaguirre y Eva Navarro.
Con el 6-0 sobrevoló en el estadio una duda tan curiosa como pertinente. ¿Quién se clasificaría el martes para la fase final en caso de empate a todo: puntos y goles? Ni el cuerpo técnico de la selección irlandesa, presente en el estadio, lo tenía claro.
Olga Carmona resolvió el problema con el séptimo tanto para España, muy celebrado por las jugadoras, que entendían la necesidad de terminar la jornada por encima en la clasificación. Dicho y hecho.
La Rojita es protagonista, dentro y fuera del campo. Al terminar el partido, numerosos aficionados se fotografiaron con las jugadoras, futuras estrellas del emergente fútbol femenino. La más solicitada fue Claudia Pina, que nunca borró la sonrisa. Era su día.
