Pero si ese mismo jugador se ha pasado los últimos siete meses de baja, el mérito es doble. Es el caso de José Joaquín Bertua Fontenla ‘Chiño’ (Santiago, 1994). El delantero del Órdenes sufrió una lesión de menisco y reapareció la semana pasada tras más de medio año en el dique seco. Le bastaron dos ratos ante el Castro y el Ribadeo para hacer dos goles –también jugó el pasado domingo ante el Noia–. Por fin una alegría para cerrar un año para olvidar.
¿Desde cuándo no jugabas un partido oficial?
Me lesioné el menisco en abril en un partido y me hicieron una sutura meniscal. Cuando parecía que iba bien fui a un preparador físico pero luego empecé a tener molestias en el mismo sitio. Me metieron una cámara y ya vieron que me había cicatrizado mal. Volvieron a operarme para sacarme los trozos y me dijeron mes y medio de recuperación. Ahora se me carga más una pierna que otra y tengo dos o tres pequeñas molestias que dan bastante la lata. Tiraré así hasta navidades y luego ya quiero tirar del carro como el que más. En estos partidos que jugué no me molestó, pero sí que me molesta cuando me levanto de la cama y así.
¿Las molestias son algo normal por la inactividad o tienes miedo de que haya algo más?
Lo veo normal. Estoy empezando a meterle carga a la pierna y además perdí mucha masa muscular en el cuádriceps. Por lo menos las agujetas del cuádriceps ya se me pasaron. Prefiero tirar hasta navidades jugando 25-30 minutos que meterle más carga y tener que estar otra semana parado.
¿Cómo llevaste la inactividad?
Al principio tenía en la cabeza la preocupación por entrar en una operación y pensar en cómo va a quedar. Y después cada fin de semana iba a ver al equipo y eso me picaba. Era raro. Por un lado tenía un poco de tristeza por la incertidumbre de cómo iba a quedar y por otro lado tenía unas ganas locas de jugar. Eso sí, en la segunda operación ya tenía un poco los brazos caídos por la preocupación. Nunca había estado lesionado y me agobió un poco. Por eso jugar lo poco que jugué y meter esos dos goles me hicieron sentir muy bien.
¿Qué sentiste al reaparecer y meter el gol de la victoria?
Fue en Castro. Había entrenado esa semana. Salí el martes a entrenar y me encontré cómodo. Los compañeros me decían que me veían bien y yo les decía que la pierna iba bien, que el problema era el pecho. El jueves le pedí al presi (Toño) si podía volver a entrenar y luego el viernes ya me empezaron a pesar las piernas. Pero entrené igual y hablé con el míster (Iñaki Tembra) para que me diera 15 minutos el domingo. Cuando salí al campo con el 3-3 sabía que iba a tener una. Era el minuto 88 y andaba pendiente del balón con un presentimiento: ‘va a caer aquí’. Y así fue.
Marcar el 3-4 en el 88. No hay mejor forma de reaparecer.
Me tiré al suelo y todos se tiraron encima. Fue una sensación única. Tenía unas ganas locas de sentir eso y ahora espero poder repetirlo. Pero no solo en el 88. Quiero ayudar al equipo de verdad.
Y el pasado jueves volviste a marcar ante el Ribadeo (4-0).
Fue diferente porque íbamos ganando 2-0 y estaba más tranquilo. Sabía que había jugado el anterior y lo había hecho bien. Y con el 3-0 volví a tener el presentimiento. Parece que cuando piensas así, lo atraes. Y fue Jhonny otra vez el que me dio el pase. Controlé y tiré rápido.
El domingo se acabó la buena racha contra el Noia (4-1). ¿Fue justo?
El otro día fue una pena. Teníamos el partido bastante encarrilado. Ellos no tenían muchas ocasiones y el partido no estaba ni para uno ni para otro. Pero hicimos una falta, la colgaron y remató Ángelo hacia abajo. Antes habríamos bajado los brazos pero Colón metió una falta y con el 1-1 volvía a ser un partido quizá de empate. Pero en otra falta colgada nos metieron el 2-1 antes del descanso. Y ya cambió el partido. Nos pitaron un penalti que Lucas dice que ni lo toca y al final 4-1, un resultado bastante engañoso.
¿Por qué el Órdenes pasó de no ganar un partido en once jornadas a sumar trece puntos de quince posibles?
Antes nos metían un gol y eso era un entierro. Nos costó mucho reaccionar porque no tuvimos la oportunidad de hacer grupo con la gente nueva. Ganamos el primer partido y después todo derrotas. La gente solo quería entrenar e irse. Las sensaciones eran de enfado, tristeza y ganas de irse para casa. Parecía imposible levantarse y yo desde la grada lo veía muy difícil. El año pasado teníamos un buen grupo pero escaso y este año tenemos más jugadores y además buenos pero nos faltaba hacer grupo. Eso ahora está cambiando. Empezamos a ganar y ya se nota el buen rollo. El otro día perdimos pero ya no es el entierro que decía antes. Ahora nos veo bien y veo que todo el mundo quiere el balón. Si me dicen al principio de liga que íbamos a estar así, no me lo habría creído.
¿Ahora cuál es el objetivo?
El objetivo es ganar en Puebla y, si podemos, ganar en Dubra. Y después aprovechar el parón, tanto yo como algún compañero, para hacer una mini pretemporada porque en la segunda vuelta tenemos que estar a tope. El objetivo es pegar un apretón en la segunda vuelta.
Tienes experiencia en Segunda B y Tercera. ¿Te veremos en esas categorías de nuevo?
Hacer otro año bueno en Tercera es una espina que aún sigo teniendo clavada. En el Negreira con Pose lo jugué todo y jugué genial. Corría, peleaba, ganaba... No metí muchos goles pero hice un año que me gustaría repetir. Y estoy seguro de que se puede hacer. Pero tengo la sensación de que le debo mucho al Órdenes. Cuando me lesioné no sabía a quién acudir y apareció Toño (presidente del Órdenes). Me ayudó mucho. Me recogía y me llevaba.
Es el mejor presidente que he tenido en mi vida. Te da todo y no solo con nosotros. También con los juveniles, los cadetes... Con todos. Ojalá hubiera más presidentes como él. Estoy tan cómodo en el Órdenes que me daría un poco de pena dejarlo. Pero tengo pensado hacer un buen año en Preferente y tengo ganas de hacer otro buen año en Tercera. A ver si en la segunda vuelta llego a 15-20 goles y luego ya se verá.
