El Calasanz estuvo a punto de conseguir la segunda victoria de la temporada, pero un penalti (no demasiado discutido) a falta de veinte minutos para el final, le sirvió al Conxo Santiago para llevarse un punto de Elviña Grande.
La situación clasificatoria del equipo que entrena Samuel Montoto –es último clasificado del grupo 1 de División de Honor Juvenil– no beneficia para que el juego sea el más vistoso posible. Aún así, la propuesta del Calasanz fue ligeramente más atractiva que la de un Conxo Santiago mucho más centrado en destruir que en construir fútbol. Se llevó más premio del merecido.
Con una línea de cuatro defensas con presencia y poderío físico –el lateral izquierdo a pierna cambiada–, con tres futbolistas más por dentro y los tres delanteros, el Cala trató de fabricar jugadas que le permitiesen llegar con cierta claridad a las inmediaciones del área de Manu, guardameta del Conxo Santiago, pero el entramado defensivo del equipo de la capital de Galicia no le permitió generar situaciones de gol claras.
A falta de diez minutos para el final del primer tiempo, un saque de esquina bien ejecutado encontró el remate de Rellán en el área pequeña y el balón acabo colándose hasta el fondo de las mallas.
Pese a tener el marcador en contra, el Conxo Santiago tampoco apretó demasiado en los primeros compases del segundo tiempo y fue el Calasanz el que, con algún cambio de orientación, consiguió generar incertidumbre cerca del marco rival, pero los ataques de cuadro local se diluían en el medio del campo. El Conxo Santiago tenía claro su plan de partido: intentar aprovechar los espacios de Elviña Grande para recuperar la pelota y transitar con velocidad.
Lo hizo bien (o mal el Calasanz) a falta de veinte minutos para el final. Balón en profundidad para el costado izquierdo (el derecho en la defensa del Calasanz) y derribo en el área cuando el futbolista santiagués se disponía a lanzar con la izquierda. El árbitro no lo dudó, señaló el punto fatídico. Diego Fuentes fue el encargado de lanzarlo engañando a Borja. El 1-1 subió al marcador.
En el tramo final del choque, ambos equipos lo intentaron con más miedo a perder que otra cosa y consiguieron su objetivo: no perder. Pero el Calasanz mereció más.
