Minuto 90. Empate en el marcador y penalti a favor del Silva. El equipo coruñés tiene una oportunidad inmejorable para ganar al líder. Agarra el balón Aarón Sánchez Sánchez (A Coruña, 1998), lo coloca con mimo y lo envía a la red engañando al portero. 3-2 y broche de oro para un partido para enmarcar del Silva y del propio Aarón.
“No hay ningún encargado de tirar los penaltis, pero si estoy en el campo siempre doy un paso al frente para tirarlos. Tengo mucha seguridad en mí mismo desde los once metros”, explica Aarón, que también anotó el primer gol en la meritoria victoria ante el Racing de Ferrol. “Fue un partido muy igualado. Fuimos capaces de igualar en todas las facetas del juego al mejor equipo de la categoría y estuvimos vivos durante todo el partido”, destaca el atacante.
El duelo fue aún más especial para Aarón por su reciente paso por el club ferrolano, del que guarda buen recuerdo a pesar de no haber contado con demasiado protagonismo.
“Siempre me gusta jugar contra los equipos en los que he estado. A pesar de que fuera un mal año, guardo buenos recuerdos de mi paso por Ferrol”, reconoce Aarón, que saca conclusiones positivas de la difícil temporada que le tocó vivir en A Malata: “Fue un año duro en lo individual y en lo colectivo y la situación tampoco era la idónea para dar responsabilidades a la gente joven. Una vez acabada la temporada, me olvidé de todo y me centré en el año que venía. Si quiero volver a dar un paso adelante tengo que demostrarlo en el campo, creo que hasta ahora estoy haciendo una muy buena temporada. Tengo que seguir así”.
Aarón celebró los dos tantos ante el Racing imitando el movimiento de un arquero. Algo que surgió, como él explica, en un partido en Riazor. “Nació el año pasado en un Deportivo-Las Palmas cuando lo hizo Albentosa. Estaba allí y fue una celebración que me gustó. Le dije a mis amigos que el próximo gol que marcara, lo haría, y así fue. Así empezó y ahora ya es un ritual”, apunta.
Por último, Aarón resume la victoria contando cómo estaba el vestuario al término del choque. “Era una fiesta. La alegría que había estaba a la altura de la hazaña. Una victoria contra el líder, que llevaba 17 partidos sin perder y en el último minuto, sabe de otra manera”.
