Javi Vega: “Lo tenemos todo para subir a la ACB: ambición y un buen equipo”
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Javi Vega: “Lo tenemos todo para subir a la ACB: ambición y un buen equipo”

Javi Vega: “Lo tenemos todo para subir a la ACB: ambición y un buen equipo”
Javi Vega, en el partido de esta temporada contra Valladolid | Quintana

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Nació en Leganés, pero remarca su origen fuenlabreño: “Cuando yo nací todavía no había hospital”. Javier Vega Merayo (5 de enero de 1988) es una de las caras nuevas del Básquet Coruña, el capitán y el fichaje con más renombre por su pasado ACB. Debutó en la élite con el Fuenlabrada, el club que le vio crecer desde alevines, pero las últimas temporadas vivió el ascenso y un ‘playoff’ con el Burgos.

Siete temporadas en la ACB, ¿te consideras el jugador franquicia?
Ni mucho menos. Esto es un equipo y funcionamos como un bloque. Tenemos una rotación muy larga y no hay quinteto titular ni suplentes. Va por partido y sensaciones. Cada día destaca uno diferente.

No es habitual en un deporte con roles tan definidos, ¿qué te parece?
Es cierto que puede sorprender porque las plantillas suelen tener cinco titulares más marcados y una segunda unidad más débil. En nuestro caso tenemos a dos jugadores por posición que podrían ser titulares en cualquier otro equipo. Es uno de nuestros puntos fuertes.

Tanto es así que en el último partido viste el último cuarto desde el banquillo.
Acabamos el partido con los jugadores que el entrenador creyó que estaban mejor y ganamos. Ni mucho menos me pareció mal. Yo hubiera hecho lo mismo.

¿Estás satisfecho con tu rendimiento individual en este inicio de temporada?
Me encuentro bien, pero no me estoy sintiendo cómodo con los tiros. Es algo que no sólo me pasa a mí. Hay un poco de espesura en el juego, en ataque estamos atascados, pero defensivamente somos bastante sólidos y creo que ese es el camino. Lo importante es llegar a la segunda fase con las ideas claras.

Ha habido buenos momentos en los dos últimos partidos, pero se os escaparon ventajas de 15 o 18 puntos, ¿cómo explicas ese bajón?
Creo que es algo mental: de repente dejamos de meter porque no hacemos buenos ataques. Es algo que tenemos que trabajar, pero en caso de esas empanadas, por llamarles de alguna manera, mantuvimos opciones gracias a la defensa y acabamos ganando.

Hace sólo unos meses estabas jugando de titular una semifinal de la ACB, ¿volver a la LEB Oro es un paso atrás?
Fui titular por una serie de circunstancias fuera de lo normal porque en la temporada jugaba pocos minutos. Esto puede parecer un paso atrás de categoría, pero era la forma de buscar una opción para jugar en un proyecto donde tengo hueco y puedo sumar.

¿Por qué A Coruña?
Primordialmente por su trayectoria de los últimos años y porque es un proyecto serio y estable en lo económico y lo deportivo.

¿Qué crees le falta para llegar a la ACB?
Lo tenemos todo para subir: ambición y un buen equipo. Nuestro objetivo es llegar con opciones hasta el final y, cuando llegue la hora de la verdad, jugar esos partidos. Sabemos que es muy complicado porque sólo asciende uno y hay más perdedores que ganadores.

El confinamiento, la burbuja, positivos y partidos aplazados, ¿cómo has vivido este año tan extraño?
Nos ha cambiado la vida por completo, como a toda la población. Lo de la burbuja fue una solución, pero esta temporada también está siendo muy extraña. Normalmente en un equipo somos mucha gente de fuera y, con todo cerrado, socializamos cero. Hay que adaptarse y luchar.

¿Cómo le afectan los protocolos y las restricciones al equipo?
Respecto a la química no afecta demasiado, pero es todo más complicado. No hubo la mítica cena de equipo al principio de la temporada, nos cambiamos en dos vestuarios, cada día salgo sudando del pabellón y me tengo que duchar en casa… Son cosas extrañas, pero somos profesionales y hay que aceptarlo.

Cada semana entras en contacto directo con varias personas diferentes, ¿te preocupa el riesgo de contagio?
Con todo el respeto a la enfermedad, somos unos privilegiados. Nos hacen test cada semana, estamos muy controlados y jugamos contra gente que sigue el mismo protocolo. Diría que estamos casi más protegidos que una persona cualquiera cuando va al súper. En caso de contagiarme, creo que la carga vírica sería baja y el riesgo, mínimo. Lo que más me preocupa es mi entorno.

De la pasada temporada sólo continúan tres jugadores en la plantilla, ¿eso se nota?
Los equipos que mantienen una base tienen un plus, está claro. Ya conocen al entrenador y se entienden mejor entre ellos. En nuestro caso, muchos somos nuevos y todavía nos estamos adaptando, pero tenemos bastante experiencia en esta categoría y eso ayuda.

Y sólo sois dos españoles, ¿cómo llevas el inglés?
A los profesionales del baloncesto se nos presupone un nivel de inglés y nos entendemos. En mis anteriores equipos siempre ha habido más españoles y aquí sólo somos dos, es algo atípico aquí, pero cada vez más común. 

¿Cómo te encuentras en A Coruña, una ciudad sin tradición de baloncesto?
Ya la conocía y siempre me ha gustado. Mi familia es de Ponferrada y veraneamos muchos años en Miño. Está claro que el Dépor es el equipo de la ciudad. De hecho, mi madre es del Dépor por Bebeto (risas), pero siempre ha habido gente de básquet. Cuando podamos meter en el Palacio a toda la afición que tenemos esto irá creciendo. Hay que seguir alimentándolo con buenos resultados.

El 5 de enero cumples 33 años, ¿te preparas para tu vida después del deporte?
Todavía me siento una promesa por explotar (risas). Físicamente me encuentro perfecto y nunca he tenido lesiones graves. Tengo ganas y creo que me quedan unos años, aunque todo esto cambia muy rápido y ya me estoy preparando para el futuro.

Javi Vega: “Lo tenemos todo para subir a la ACB: ambición y un buen equipo”

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