Final muy feliz
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17º-23º

Final muy feliz

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Deporte Campeón-2018-12-29-023-f6c3b74c

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El Basquet Coruña volvió a lucir músculo defensivo –ante la mejor defensa del campeonato– para firmar luna quinta victoria consecutiva sellada con un ramalazo de genio del ídolo de Riazor, un Monaghan que por fin está de vuelta.


Arranque frío de los de Aranzana, obligado a parar el partido con 0-9 en el marcador y después de que el Coruña acumulase más pérdidas (3) que tiros (2), aspecto este que marcaría la primera mitad.

Dos triples de Sabin apagaron la alarma (8-11) y una canasta de Uchendu estrechó el cerco  (10-11). Tras estos dos puntos, Pino se dañó el tobillo izquierdo y no volvió a jugar. El BC ya era otro en defensa, pero casi el mismo del inicio en ataque, acumulando pérdidas (7) y fallos en tiros cómodos.

Con 15-20 comenzó un segundo cuarto donde los locales elevaron su nivel defensivo, limitaron las pérdidas... pero siguieron adoleciendo de falta de puntería. Aun así, el trabajo atrás dio sus frutos: el Lleida anotó solo dos tantos en los seis primeros minutos. 
La primera ventaja naranja (24-22) obligó a Jorge Serna a parar el juego. A la vuelta a la pista, parcial de 0-6, con réplica de 4-0. Monaghan, desde el arco, mandó el partido al descanso con renta mínima  para los anfitriones (31-30).

Calma y tempestad
En el tercer acto, ambos conjunto parecieron tomarse un respiro defensivo. Del goteo de canastas de los primeros veinte minutos se pasó a una exhuberancia anotadora que no pegaba con el partido. Y como la ‘marea naranja’ le pega más el ataque que al Lleida, consiguió sus primeras rentas de más de una canasta (46-41). 


Solo un problema –además de tener enfrente a la mejor defensa del campeonato_ aparecía en el horizonte naranja: Araujo y Uchendu alcanzaron las cuatro faltas mediado este periodo, que concluyó con un triple de diferencia (56-53).


El intercambio de canastas se vio roto, a 4:12 del final, por un incidente: los árbitros castigaron a Araujo con una antideportiva inexistente sobre Mbaye, que montó en cólera y se fue a por el dominicano. El trío del silbato lo zanjó, después de casi cinco minutos deliberando, con antideportiva también al pívot visitante. Una decisión salomónica incomprensible, pues el senegalés debió ser expulsado.

El parón no afectó al Coruña. Todo lo contrario. Monaghan había amenazado poco antes con su clásica ‘Monaguiña’ (triple desde donde sea) y al final la clavó: 69-59 a 4:11 del bocinazo. Por si quedaba alguna duda, en la siguiente jugada asistió a Stephens, que con un matazo  a la contra, mandó definitivamente a la lona al conjunto catalán.

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