España jugó al ‘precio justo’ contra Bélgica: golear, pero sin pasarse, y arrebatarle el liderato a Italia, a la que se enfrentará hoy en la última jornada de la fase de grupos.
Estaba claro que iba a ser coser y cantar para los anfitriones, el encuentro más fácil del torneo. Lo más complicado, mantener la motivación. Les costó bajar las revoluciones al mínimo a los de Alejandro Domínguez. Golearon prácticamente lo que necesitaban. No querían hacer daño.
Con el liceísta Malián bajo palos en la rotación habitual de la portería y otro día de descanso para Alabart por sus molestias musculares, la selección española afrontó un partido plácido.
Los belgas, que se habían llevado 24 de Italia en la primera jornada, 15 de Alemania en la segunda y 14 de Inglaterra en la tercera, afrontaban una cita aun más complicada.
España tardó solo 58 segundos en abrir el marcador. A los 5 minutos, ya tenía cuatro de ventaja. Demasiado fácil. Por momentos, España se contagió del juego de Bélgica. Se sabía tan superior que jugó muy relajada.
La poca motivación jugó en su contra. La única, llegar a 20 goles de ventaja para arrebatar el liderato a Italia. Anotó 15 antes del descanso. Siete minutos estuvieron los españoles sin ver puerta en el arranque del segundo periodo. Era como si echaran cuentas para golear para ser líderes pero sin pasarse. Hoy, la historia será muy diferente ante la vigente subcampeona.
