El deporte español lamenta durante estos días la pérdida de uno de sus más grandes emblemas, con el fallecimiento del que tal vez haya sido el gran pionero español en el deporte del motor, y "doce más una" veces Campeón del Mundo de Motociclismo.
Ángel Nieto no fue el primer motociclista español en ganar un Gran Premio del Mundial (lo fue Salvador Cañellas, que luego pasó a competir con éxito en automovilismo) e incluso antes de su gran eclosión, la gran esperanza del motociclismo patrio se había depositado en otra estrella emergente como fue Santiago Herrero (que había llegado a competir y destacar en mayores cilindradas, pero trágicamente falleció cuando competía en el 'Tourist Trophy' de la Isla de Man, trazado que desde entonces ha sido maldito para el motociclismo español).
Pero de lo que no cabe ninguna duda es de que Nieto sí fue el gran pionero a la hora de popularizar el motociclismo en España, gracias a un inigualable carisma (que no mermó en absoluto a lo largo de los años, granjeándole la simpatía generalizada entre el aficionado), y a haber combinado como pocos su talento con una capacidad de esfuerzo fuera de lo común.
LOS DUROS INICIOS
Durante los últimos días se han sucedido los reconocimientos y homenajes al irrepetible Nieto, relatando sus innumerables triunfos en el Mundial de Motociclismo. Pero los aficionados más veteranos todavía conservan en la memoria el hecho de que, fruto de lo diferente que resultaba el deporte en otros tiempos frente a la "profesionalización" de hoy día, el as zamorano compatibilizaba sus andanzas en el Campeonato del Mundo con la participación en carreras nacionales (en circuitos urbanos como por ejemplo el de Riazor en A Coruña, o en los de Coia y Balaídos en Vigo).
Hace poco más de un año era publicado el libro `De carreras por La Coruña', en el que se documentaban las tres participaciones de Ángel Nieto en A Coruña. Las dos primeras tuvieron lugar a mediados de los años sesenta, cuando Nieto daba sus primeros pasos en la competición nacional con Derbi y Ducati, sin haber podido vencer en un circuito que no era especialmente de su agrado (por lo bacheado que resultaba, fruto del deterioro que el tráfico cotidiano generaba en el firme).
EL DATO. El 12 +1 corrió en dos pruebas como novato y regresó como campeón del mundo en 1973
UN CAMPEÓN EN RIAZOR
Posteriormente llegaron sus primeros éxitos internacionales, y de hecho tras los la exitosa temporada de 1971 (Campeón en 125 cc y Subcampeón en 50 cc) Nieto visitó A Coruña para acudir a la `Convención Derbi' organizada en el Hotel Atlántico por J.L. Palacios (que dirigía el concesionario de la firma, ubicado en Perillo), y a la que acudió el propio Andrés Rabasa, director gerente de Derbi. Ángel Nieto recibió allí diversos homenajes como la insignia de oro y brillantes del Moto Club Coruña, o una reproducción en plata de la Torre de Hércules, que le entregó el entonces Alcalde Pérez Ardá.
La tercera participación de Nieto en Riazor tuvo lugar en agosto de 1973, en una temporada aciaga para él, ya que diversos contratiempos mecánicos le habían impedido revalidar ninguno de los dos títulos mundiales cosechados un año antes. En el trazado coruñés, como correspondía a una figura de su talla, Nieto no tuvo rivales. Ganó las dos categorías en las que participó, primero con una Derbi en la carrera Senior de 75cc (por delante de Carlos Morante, que llevaba una Montesa),
HONDO PESAR
Las muestras de pésame ante el fallecimiento de Nieto han sido generalizadas en todo el país, y evidentemente también entre la afición coruñesa, donde como podemos ver en este reportaje, algunos de los más veteranos apasionados del motociclismo pudieron conocer a Nieto en el cénit de su carrera. Su legado es irrepetibe y el hecho de que haya competido en nuestras calles, motivo de orgullo. Descanse en paz.
