No es fácil difundir un deporte como el waterpolo en una ciudad como A Coruña. Sin embargo, siempre puede haber personas emprendedoras y, sobre todo, amantes de una determinada disciplina para que los jóvenes puedan conocerla. Es el caso de Carlos Cayado, presidente de la Asociación Coruña de Waterpolo. Presidente desde los orígenes de esta entidad que acaba de cumplir quince años, y que no tiene la más mínima intención de retirarse. “Moriré en la piscina”, señala.
La ACW no tiene entre sus objetivos conseguir muchos títulos. El aspecto deportivo lo dejan a un lado. “Los resultados son efímeros. Nos preocupa más la formación de los chavales”, comenta Carlos Cayado, que añade que “tenemos medio centenar de deportistas, más otros cincuenta en el Club Waterpolo Cambre… Y otra docena en las Escuelas del Sporting Club Casino”.
El año 2020 se presenta con nuevos retos. Sobre ellos, Cayado indica que “queremos abrir tres escuelas más, en Caldas de Reis, Vigo y Moaña”.
Algo fundamental
Después de quince años de actividad, ha habido un factor que ha condicionado enormemente el desarrollo de la Asociación.
“La verdad es que cuando empezamos esperábamos que a estas alturas tuviésemos más deportistas. Pero no contar con una instalación fija ha sido negativo. Hemos pasado por el Club del Mar, Elviña, San Diego, Riazor… Ahora estamos en la Casa del Agua y en el Casino. Esta circunstancia nos ha condicionado el crecimiento”.
‘NÓMADAS’
No tener una instalación fija siempre ha sido su principal problema
A pesar de ello, Carlos Cayado y su equipo no han perdido la ilusión por el waterpolo. Y tampoco ha impedido que desarrollen una importante labor social. “Tenemos acuerdos con la ONCE, con Aspronaga y también formamos a niños sordos. Trabajamos en la integración”, señala.
El problema de las instalaciones es tan grande para la ACW, que Carlos Cayado no duda en decir que “preferimos que nos las cedan a tenerlas que pagar”. Y no duda en afirmar que el peor día de estos quince años fue cuando tuvieron que dejar las piscinas de la Xunta en Elviña.
Lo mejor
Eso sí, también ha habido momentos buenos. Carlos Cayado no recuerda ningún día especialmente positivo en esta década y media, pero sí afirma que “lo mejor es cuando llaman a la puerta y entra un niño nuevo para practicar waterpolo”.
El futuro se presenta motivante, y más con ese proyecto de expandirse por el Sur de Galicia. Y Carlos Cayado no duda en afirmar que “sería positivo que todo el waterpolo de la ciudad estuviera unido en un solo club”. Algo que permitiría hacer más fuerza a la hora de fomentar un deporte que quiere seguir presente en la ciudad.
