Algo pasa con Zach
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Algo pasa con Zach

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Aunque tras el regreso sufrió nuevos problemas físicos, la sequía anotadora del ídolo de Riazor es casi imposible de justificar | mónica arcay

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La lámpara del genio de Illinois está fuera de servicio desde que vovió, el 21 de diciembre, de la lesión de talón que le tuvo en el dique seco durante casi dos meses y medio. 


Cuesta reconocer al Zach Mongahan actual, fudamentalmente porque sus números son como una película de terror. Es cierto que, tras reaparecer, volvió a tener algunos problemas físicos, pero aun así es difícil, casi imposible, poder explicar qué le está pasando.


El regreso del ídolo de Riazor, si bien no fue brillante en la cancha del Castelló –lógico tras una inactividad larga–, solo tardó otra semana en recuperar una buena versión de sí mismo: contra el Lleida en Riazor, registró 12 puntos, 7 asistencias y 3 robos en media hora en pista. Una semana después, en Huesca, sus 16 tantos, 8 pases de canasta y 1 balón recuperado confirmaban las buenas sensaciones.


Sin embargo, todo se torció en el siguiente compromiso, en Riazor frente al Araberri, donde la cómoda victoria naranja (96-82) dejó en anécdota los 6 puntos, las 2 asistencias y el 0 de 4 en triples. Y siguió torcido.


Una semana más tarde, en Valladolid, Monaghan se quedó en 5 tantos y 2 pases letales, de nuevo muy desacertado desde el arco (1 de 5). Y este  es el último triple que ha anotado. En las cuatro jornadas posteriores, Zach presenta un balance terrorífico: ningún acierto en 17 intentos desde 6.75 metros. Contando el partido de Pucela, uno en 26 lanzamientos.

De calvario a calvario
El calvario comenzó en Riazor, frente al equipo contra el que precisamente cayó lesionado el 9 de octubre, el Real  Betis. Monaghan repartió equitativamente sus errores (0 de 5 en tiros de dos y 0 de 5 triples) y registró el segundo ‘cero’ de su periplo en España. El otro fue  en la pasada campaña, en su ‘redebut’ como naranja, en la séptima jornada, tras su fallida aventura en Bélgica.


En Mallorca, su hoja de tiro reflejó 0 de 5 desde el arco y  8 de 8 desde 4.60 (no lanzó de dos); en casa contra el colista Prat, 0 de 5 en tiros de dos y 0 de 4 en triples; y la pasada jornada en Bilbao, 0 de 4 desde fuera el arco y 1 de 5 desde  dentro de él.


El balance de los nueve partidos que ha disputado tras la reaparición es terrible: 7 de 50 en triples (ha fallado los últimos 17), 6 de 32 en tiros de dos (un solo acierto en los últimos 17). Sus tiros solo ha conseguido cruzar la red una vez en 34 ocasiones, dos en 39, tres en 44. El total, entre ambas facetas, es 13 de 82. Mañana, ante el Cáceres, la prueba del algodón sobre su estado físico y moral.

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