Durante la madrugada del domingo al lunes, mientras seguía con desazón las nuevas de los incendios que cercaban Galicia, entré en la web de la Liga Nacional de Fútbol Sala (http://www.lnfs.es). En ella leí la composición de algunas de las plantillas de los clubes que militan en la Primera y la Segunda División.
Para no hacer la lista interminable (y cansar al lector con datos y más datos) me centraré exclusivamente en los equipos que copan las cinco primeras posiciones de la tabla clasificatoria de la máxima categoría: Barcelona, Movistar Inter, Osasuna Magna, ElPozo Murcia y Palma Futsal.
El cuadro catalán, líder con quince puntos, cuenta con quince jugadores y de ellos solamente dos –Roger y Joselito– militaron en sus categorías inferiores. En la sociedad madrileña, que ocupa la segunda plaza con trece, también hay quince futbolistas dados de alta, siendo el portero Denis el único que llegó a formar parte del filial. El Osasuna Magna, tercero con los mismos puntos que los de Jesús Velasco, dispone de doce efectivos de los que cuatro –Asier, Dani Saldise, Eseverri y Roberto Martil– han competido en los equipos dependientes del Xota.
En ElPozo Murcia, cuarto con diez unidades en su casillero, cinco de sus diez miembros llegaron al primer equipo desde abajo: Álex, Elías, Fede, Fernando y Matteus. Finalmente, el Palma Futsal, que está a cinco de la cabeza, dispone de catorce efectivos y ninguno procede de la base. En descargo de los isleños indicar que el equipo más inmediato en su cantera milita en la División de Honor Juvenil y en la actualidad no cuenta con un filial en la categoría senior.
Dándole la vuelta al tema, busqué el número de los componentes de estos clubes que habían pertenecido a la cantera de los restantes. Barcelona y ElPozo Murcia son los que han formado a más jugadores rivales, con dos cada uno. El Osasuna Magna cuenta con Eric Martel y Llamas (ex azulgranas) y Rafa Usín (que estuvo muy poco tiempo en el equipo B del Inter). El propio Barça se hizo este curso con los servicios de Esquerdinha (militó en el filial murciano) y el Inter hizo lo propio con Bebe, canterano charcutero tras acabar éste su relación con su anterior club.
Tirar de la base
Desde hace unos años, nuestra sociedad se ha visto golpeada por una crisis económica que amenaza con llevarse todo por delante. A pesar de la mejoría que hemos tenido en los últimos tiempos, todavía no nos encontramos a los niveles de antes de la mencionada recesión. Es por ello que en su día algunos clubes decidieron tirar de la base para salir adelante ante la acuciante carestía.
Sin embargo, estos gestores pronto se olvidaron de los momentos de grandes estrecheces donde el futuro pintaba muy oscuro para todos, pues cuando la situación empezó a repuntar apostaron de nuevo por contar con una plantilla de cartera para tratar de situarse en una posición que consideran una utopía para una plantilla de cantera.
Estas maniobras parecen un contrasentido y más cuando el equipo que se ha alzado con el título de liga de la Segunda División en las dos últimas temporadas ha sido un filial: ElPozo Ciudad de Murcia, en la 2015/2016, y el Barcelona en la pasada.
Disfrutar de los mejores
¿Qué le espera al fútbol sala en el futuro? Nadie lo sabe, pero una combinación de ambas opciones –cartera y cantera– parece ideal pues Ricardinho sólo hay uno y buscar mirlos blancos malgastando el poco dinero que llega al fútbol sala se antoja algo descabellado.
Por ello, muchos somos de la opinión en A Coruña que un equipo formado por jugadores herculinos y/o gallegos en su gran mayoría –reforzado con un par de foráneos desequilibrantes– tendría su presencia garantizada entre la élite temporada tras temporada. Ahora sólo falta que se dé el paso y, más pronto que tarde, la cuna del fútbol sala nacional volverá a disfrutar de los mejores.
