La resiliencia define al Lugo de Mehdi Nafti como caracterizó en la recta final del curso pasado al de Juanfran García y le ha dado cuatro puntos en los dos partidos en que el equipo se ha quedado en inferioridad, uno ante el Tenerife a domicilio y tres ante el Albacete este sábado.
El conjunto rojiblanco ha mostrado en el terreno de juego su capacidad para superar circunstancias adversas en los encuentros.
Ante el Albacete se quedó con diez por una polémica expulsión de Eduard Campabadal a cinco minutos para el descanso, con el 0-0 inicial en el marcador, aguantó las escasas embestidas de los manchegos en el segundo acto y se llevó los tres puntos con un penalti en los estertores del duelo sobre su delantero Chris Ramos, que comprometió a los rivales con su gran zancada.
Esa capacidad del Lugo para resistir con diez e incluso ganar, no es nueva. La temporada pasada lo sacó a relucir con Juanfran García, que se hizo cargo en las seis últimas jornadas y logró una salvación milagrosa. Con el técnico valenciano, el Lugo se llevó los tres puntos (1-2) ante el Tenerife en la penúltima jornada y pasó a depender de sí mismo para salvarse después de haberse quedado en inferioridad por la expulsión de Jaime Seoane a la hora de partido con 0-1 a su favor en un marcador que igualó poco después Luis Milla.
Esta temporada, con Juanfran, el Lugo perdió, pese a jugar más de media hora con superioridad de efectivos, ante el Almería (0-2) y no pudo levantarse ante el Mallorca (0-1) en un partido en el que se quedó con diez a los 77 minutos, ya con 0-1 en el marcador, y con nueve en el descuento.
La resiliencia del Lugo, ya con Nafti en el banquillo, regresó en el estadio canario Heliodoro Rodríguez López, el mismo escenario donde había ganado con diez la temporada pasada, para rescatar esta vez un punto en el tiempo añadido (1-1) con un gol logrado por Juanpe Jiménez después de haberse quedado con diez a los nueve minutos por una roja directa a Hugo Rama con 0-0 en el marcador.
