El Real Madrid reduce la amenaza del Nápoles
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El Real Madrid reduce la amenaza del Nápoles

El Real Madrid reduce la amenaza del Nápoles
Casemiro tuvo su noche de champions (Redacción)

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El Real Madrid derrotó al Nápoles (3-1) este miércoles en el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones y desperdició la oportunidad de viajar a Italia con una renta más jugosa después de haber contestado con credenciales y argumentos a la atrevida apuesta napolitana, la cual quedó desarmada al cuarto de hora.
 
El vigente campeón de Europa dio un paso al frente para jugar los cuartos de final. Lo hizo preavisado por la derrota del Barça en París y frente a un rival que no quiso ser comparsa ni vestirse de sparring. El Nápoles, veloz a la contra, se presentó en la capital de España con la cabeza alta, bien peinado y dispuesto a amargar la noche de los madridistas en su competición predilecta.
 
Con el sello inconfundible de su técnico Maurizio Sarri, poco tardaron en distinguirse en Chamartín. Su apuesta valiente encontró arraigo en el Bernabéu antes de cumplir los diez primeros minutos gracias a un pase sublime de Hamsik que Insigne aprovechó a la perfección. Su disparo, desde casi 30 metros, sorprendió -antes de botar- a un Keylor Navas que estaba mal colocado.
 
El Nápoles, tercero en la Serie A, basó su fútbol en la constante más básica, el concepto más 'cruyffista' de este deporte. Recibir, pasar y desmarcarse en busca de un nuevo apoyo del compañero. Con no más de dos toques, los partenopeos hicieron gala de un renovado 'tiquitaca' que tuvo desconcertado a los blancos durante varios minutos.
 
La fuerza del comienzo, con un disparo de Benzema que detuvo Reina, desapareció por la persistencia visitante. El equipo de Sarri se dejó el miedo en Nápoles y planteó a su rival una lucha de igual a igual, algo que quiso dejar bien claro al Real Madrid. El que ha llegado hasta esta ronda como primero de grupo eran ellos, los italianos, los que -para colmo- contaron con el apoyo de Maradona en el vestuario y desde la grada.
 
La simbología ya había cargado el duelo de recuerdos para un Nápoles que no está muy acostumbrado a estos focos. Bajo esta premisa, y jugando con fuego en uno de los mejores escenarios del mundo, los napolitanos abusaron de una aseada salida del balón. Toque, toque y más toque. No hubo manera de ver a Albiol o Koulibaly pegar un pelotazo en largo.
 
Ante la persistencia visitante, los de Zidane adelantaron varios metros su presión, comandada por Kross tras los delanteros, y ejecutada por Benzema a las mil maravillas. Precisamente fue el francés quien cogió la espada y lideró la reacción de los suyos. Sólo habían pasado 10 minutos tras la estocada italiana y el partido empezaba de nuevo.
 
Entonces creció el Real Madrid, sostenido por sus laterales y por los pases filtrados de Modric, una delicia tras otra. El croata habilitó a Cristiano Ronaldo en otra buena ocasión que se fue alto, y poco después comenzó la jugada que Benzema terminó estrellando en el palo derecho de Reina. Las sensaciones hacían frotarse las manos a un Bernabéu que había visto el horno ponerse a calentar.
 
 
CINCO MINUTOS VITALES
 
Dicho y hecho. Los blancos salieron con el brío que requería la ocasión y despacharon las intenciones del Nápoles en apenas cinco minutos. El 2-1 lo consiguió Kroos con un pase a la red. El alemán, asistido por Cristiano, besó las redes con un disparo 'marca de la casa'. Fue el gol que puso tierra de por medio y que minimizó la arrogancia transalpina.
 
Ahí se desató el mejor Madrid, el que goleó al Sevilla en Copa, el que salió victorioso del Calderón. Casemiro estiró hasta tres la cuenta con un disparo que quedará en las videotecas. El chut del brasileño -que cuajó una segunda parte sensacional- dejó visto para sentencia un partido que todavía dejaría hasta tres ocasiones claras del equipo de Zidane.
 
Cristiano, Lucas Vázquez en los minutos finales, y Marcelo -con un disparo desviado- perdonaron la vida a un Nápoles que también quiso replicar antes de asumir la derrota. Mertens y Callejón no acertaron con la meta de Keylor y dejaron el duelo con 3-1, un resultado que evidencia las diferencias entre los dos equipos, pero que obligará a los blancos a no despistarse en San Paolo dentro de tres semanas.

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