El Deportivo Alavés resurgió con los goles de Magallán y Lucas Pérez, que sirvieron para superar al Celta de Vigo, que vuelve a estar en problemas, con solo nueve puntos, los mismos que el Betis, en plaza de descenso.
Los babazorros volvieron a mostrarse sólidos y reconocibles en un partido en el que pusieron más ganas, corazón y físico que su rival, que no logró superar la presión de los vascos.
Fue un choque mediatizado por la intervención del VAR en la primera mitad, que anuló un gol al Celta por fuera de juego y un penalti señalado a favor a un Alavés que se pudo ir con ventaja al descanso, pero el excéltico y también exdeportivista Joselu estrelló un remate en el larguero.
El primer aviso del segundo acto lo dieron los locales con una internada del coruñés Lucas Pérez, siempre motivado ante el Celta, que no acertó a culminar Aleix Vidal y seguidamente fue el celtiña Okay el que estuvo a punto de colar un despeje en su propia portería.
En el minuto 50, ese mismo saque de esquina lanzado por Lucas Pérez, llegó el tanto de Magallán con un potente remate de cabeza que se coló en la meta gallega y premió la actividad que tuvo el Alavés en la reanudación.
La renta se pudo ampliar en las jugadas posteriores, pero Joselu volvió a perdonar al cruzar demasiado un disparo que completó un gran contraataque del equipo vitoriano.
En el minuto 81 sentenció Lucas al rematar con un potente disparo un buen pase de Aleix Vidal que recuperó un balón de oro en campo rival. El delantero de Monelos fue a celebrarlo con la afición del Celta en gesto desafiante y después junto a sus compañeros. Respira el Alavés y no arranca un Celta titubeante.
