Una lección de Eusebio desploma la ilusión blanca
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Una lección de Eusebio desploma la ilusión blanca

Una lección de Eusebio desploma la ilusión blanca
Los jugadores del Girona celebran la victoria en el estadio madridista | efe

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Una lección táctica de Eusebio Sacristán en el Santiago Bernabéu resucitó a un Girona que no ganaba en Liga desde noviembre, y sirvió para remontar a un Real Madrid que pagó el exceso de confianza en cuanto rebajó su intensidad para desplomar la ilusión a una gran reacción en el momento más inesperado.

La mañana se le atragantó a un Madrid que llegaba lanzado. Jugando en su casa tras la imagen imponente dejada en los estadios más duros, Camp Nou y Metropolitano. Ante un Girona que enlazaba trece jornadas sin ganar, cuatro derrotas seguidas. Triunfo de entrenador el de Eusebio, que secó el exceso de euforia madridista castigando a sus laterales y dejando a Marcelo en el foco. Una sombra del que fue.

El Girona iba camino de tres meses sin ganar. No parecía el Bernabéu el mejor escenario para lograrlo, pero fue el espaldarazo deseado y lo buscó sin complejos. Es un equipo que no renuncia al balón, con velocidad en los últimos metros y pegada.
Un testarazo de Casemiro tras un balón medido de Kroos en un saque de esquina adelantó a los blancos.


Granell, con un disparo pegado al poste, avisaba de que la relajación blanca tendría castigo si llegaba.

Y se produjo en la segunda mitad. El duelo se desequilibró en la pizarra. La de Eusebio Sacristán que retocó su equipo al descanso con dos cambios y dio con la tecla para dañar a los laterales. Buscó altura a espaldas de Odriozola para buscar balón aéreo y cambió de banda a Portu para retratar a un Marcelo, tan justo en su físico que se desploma en cada oportunidad de redención que recibe.


El centro del campo madridista desapareció cuando el Girona dio un paso adelante y comenzó a tener la posesión y la oportunidad de levantarse.


El equipo catalán merecía el gol y lo encontró. El duelo se rompió por la zona de Marcelo. Un nuevo centro desde su banda, otro remate en el segundo palo, en esta ocasión de Stuani al poste, y la jugada calcada acabó en mano de Ramos al disparo de Douglas.

Stuani firmaba el empate de penalti y el Madrid fue incapaz de reaccionar al golpe.
El castigo al exceso de confianza terminó de llegar con el premio al partido de Portu, que batió a Courtois con un remate en plancha.

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