La estatua del delantero sueco Zlatan Ibrahimovic y una de sus viviendas en Suecia han sufrido actos de vandalismo en las últimas horas después de anunciar que se convertía en copropietario del Hammarby, rival del Malmoe, su club de origen.
La efigie en bronce de casi tres metros situada entre los dos estadios de fútbol de Malmoe (sur), inaugurada el mes pasado, fue pintada la pasada noche del miércoles con espray blanco y atacada con bengalas, además de aparecer escrita la frase “Muere, gitano”, según recogieron ayer varios medios suecos.
El propio jugador, nacido y crecido en Malmoe pero de origen bosniocroata, viajó hace un mes desde Estados Unidos, donde ha jugado las dos últimas temporadas, a su ciudad natal para inaugurar la estatua, un regalo de la Federación Sueca por ser el máximo goleador de la historia del equipo nacional.
La estatua fue vallada y se colocó junto a ella un guardia de seguridad después de los incidentes, informó el tabloide “Aftonbladet”.
Por otro lado, una vivienda que la estrella sueca, de 38 años de edad, posee en el centro de Estocolmo sufrió también ataques: le arrojaron arenque fermentado a la puerta principal, en la que alguien pintó con un aerosol la palabra “judas”.
Aficionados del Malmoe ya habían mostrado el pasado miércoles a medios suecos y en redes sociales su descontento con la decisión del jugador de adquirir cerca del 25 por ciento del Hammarby, un club de la ciudad de Estocolmo y rival del equipo en el que ‘Ibra’ se dio a conocer dos décadas atrás.
Ibrahimovic siempre se ha mostrado muy unido a su ciudad natal, aunque ha rechazado públicamente en varias ocasiones que vaya a volver a jugar en el fútbol sueco y en el Malmoe.
El exjugador del Ajax de Amsterdam, Milan, Inter de Milán, Juventus, Paris Saint-Germain, Barcelona y Manchester United anunció hace unas semanas su marcha de Los Ángeles Galaxy, aunque no ha revelado su próximo destino futbolístico.
