España se luce en Wembley
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17º-23º

España se luce en Wembley

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España alumbró un nuevo futuro al derrotar a Inglaterra en Wembley en un partido coral en el que los goles de Saúl Ñíguez y Rodrigo Moreno dieron luz a la idea de Luis Enrique.
Una primera parte en la que Saúl y Rodrigo dieron la vuelta al gol inicial de Rashford, sirvió para que la selección se llevase los tres puntos en su primer partido en la Liga de Naciones de la UEFA y dieran al nuevo técnico español un inicio soñado, tanto por el escenario, el monumental Wembley, como por el juego desplegado.
Los primeros compases vieron a una España dominante, tanto en el césped como en la grada. Los cánticos de ‘Qué viva España’ de los aficionados españoles ‘acallaban’ a las banderitas inglesas y el juego de posesión hacía inexistente el centro del campo de los de Southgate.

Diez minutos de toque y toque, pero no intrascendente, como ante Rusia en el Mundial, sino con el sabor eléctrico que aportan arriba Iago Aspas y Rodrigo. El del Celta, presionando la salida de balón inglesa, y el valencianista, apretándole las tuercas a los defensas ‘Pross’. Solo el contraataque aparecía como una opción viable para Inglaterra, que se encontró en el minuto diez con un gol casi más inesperado para ellos que para España.
Los de Southgate superaron la adelantada línea de presión de España y Kane, como una torre en el centro del campo, vio a Shaw entrar por la banda izquierda con todo el campo por delante. El carrilero del United avanzó hasta tres cuartos de cancha, puso un paso raso al segundo palo y encontró a Marcus Rashford, que no tuvo problemas en batir a bocajarro a De Gea.

La urgencia del gol no varió el plan de los de Luis Enrique, que continuaron con el balón como bandera y respondieron con una rapidez determinante. Dos minutos después, Saúl se estrenó con la Roja haciendo bueno el descaro de Rodrigo y los galones de Carvajal.
El madridista le comió la tostada a Shaw, encontró a Rodrigo dentro del área y éste puso un pase atrás que Saúl mandó a la red.
El control de España comenzó a ser perenne a medida que los abucheos a Ramos, marcado por la lesión a Salah en la final de la Champions, se incrementaron.


Cuando más apretaba España, los ingleses recibieron el segundo mazazo. Un golpe especialmente doloroso porque llegó con su mejor arma. La pizarra de Luis Enrique echó a rodar y Rodrigo, listo como él solo, aprovechó una falta lateral botada por Thiago, para dejar en evidencia a toda la defensa inglesa y batir a Pickford en el primer palo.
La selección tenía el merecido premio e Inglaterra, arropada por una inusualmente tímida afición inglesa, vivió sus mejores momentos del partido, hasta que De Gea lo frenó en seco. El portero despejó los fantasmas del Mundial y sacó una mano a un cabezazo de Rashford de esas que recuerdan a sus mejores actuaciones.

El descanso, lejos de enfriar a los españoles, les espoleó aún más, con la rabia de desquitarse de la pobre imagen aún en las retinas en Rusia.


Thiago estuvo cerca, con una volea espectacular de convertir el gol de la noche. Rodrigo y Aspas disfrutaban desarmando la defensa inglesa. En el banquillo, Luis Enrique no paraba de dar órdenes.

El sufrimiento en los últimos instantes, con un gol anulado a Welbeck por falta a De Gea, no quitó el triunfo a España, que amarró un resultado que pudo ser mayor.

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