El presidente del CD Lugo, Tino Saqués, justificó tras la celebración de la Junta de Accionistas el déficit con el que ha concluido el ejercicio 2017-18 por las lesiones de los jugadores que le obligaron a acudir al mercado invernal y por el convenio con el desaparecido Cerceda, que el curso pasado militó en Segunda B y con el que había formalizado un préstamo.
El conjunto gallego cerró el ejercicio contable con más de 210.000 euros de pérdidas, a pesar de que su cifra de negocio superó los ocho millones de euros, con un incremento del 16 % respecto a la anterior temporada.
Gastos no previstos
“Las pérdidas vienen un poco dadas por las lesiones que nos llevaron a fichar tres jugadores en invierno y eso casi nos llevó a 430.000 euros por encima de lo que esperábamos y el acuerdo con el Cerceda”, comentó Saqués a los periodistas tras haber sometido las cuentas a la aprobación de los accionistas. El presidente del Lugo, dueño de más del 57 por ciento del club, sacó adelante todos los puntos del orden del día casi por unanimidad (99 %) en una asamblea en la que estaba representado el 74,81 por ciento del capital social, aunque con una presencia escasa de accionistas.
El club presentó una deuda a corto plazo de 806.985 euros, de los que 702.959 corresponden a entidades de crédito, y de 120.073 euros a largo plazo.
“Nos cuesta que haya más abonados, que la gente acuda al campo pero tenemos que trabajar en esa línea de generar ingresos para poder competir y tener una plantilla que dé guerra en Segunda mucho tiempo”, indicó. Saqués explicó a los accionistas que el club ya tiene el proyecto para renovar la iluminación del Anxo Carro y construir una grada permanente en el fondo sur, que lleva años con una supletoria. “Vamos a ver cómo lo acometemos, pero tenemos que llevarlo adelante sí o sí”, declaró.
