Caso Ansu Fati, la Masia continúa teniendo tirada
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Caso Ansu Fati, la Masia continúa teniendo tirada

Caso Ansu Fati, la Masia continúa teniendo tirada
El delantero de Guinea-Bissau del Barcelona, Ansu Fati (d), intenta llevarse el balón ante la entrada del defensa del Betis, Pedraza | efe

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A pesar de las acometidas que ha recibido en los últimos años, por haberse quedada marchita y casi inoperativa en una de sus principales funciones, como es la de servir jugadores al primer equipo, el sello de la Masia como residencia de jugadores donde los padres no dudan en dejar a sus hijos sigue siendo un referente.

En el debut del joven hispano-guineano Ansu Fati, se ha vuelto a poner de manifiesto que una cosa es el acierto de los técnicos, la valentía de otros o el incierto mercado, y otra muy diferentes es la Masia como instalación, un icono que no presenta ninguna duda.

“Ansu Fati sigue viviendo en la Masia. Es un niño feliz que se lo pasa bien y hace lo que le gusta: estudia y juega al fútbol. La Masia tira y engancha, por la formación, por los estudios y porque tiene un sello de identidad único. Entre los 12 y 15 años, los padres saben que es el mejor centro de formación. A partir de 16... es el mercado el que manda”, relató a EFE un representante de la Masia.

En efecto, con 16 años ya cumplidos, Ansu Fati podía ya contar con un contrato profesional y volar donde quisiera, pero ha preferido seguir en el Barça, hasta el 2022. Hay un plan para él, le han asegurado. Ha firmado un contrato con una cláusula de rescisión de 100 millones de euros. A precio de ‘crack’. Ahora, cabe esperar. Todo irá a fuego lento.

Ansu Fati, como hace años Andrés Iniesta, fueron tentados en su día para integrarse en las estructuras del fútbol formativo del Real Madrid. Por proximidad, Ansu Fati así como Iniesta no debían tener ninguna duda, pues la capital española estaba mucho más cerca de sus respectivas localidades, Sevilla y Albacete, pero sus destinos dieron un giro radical cuando apareció la Masia.

En el caso de Ansu Fati, la historia parece que se repite. La posibilidad de ir al Madrid, incluso con beneficio económico, se desvaneció ante la oferta del Barça y de sus gestores a la hora de vender a la familia la Masia, como fue el caso de Albert Puig, que tuvo claro que el club debía apostar por él y se llevó a Sevilla el contrato ya redactado.

El domingo Ansu Fati vivió sin duda el día más emocionante de su vida, cuando después de haber sido convocado por Ernesto Valverde por las notables bajas en ataque que tenía (Dembélé, Suárez y Messi) salió al campo en el 78 por otro canterano, Carles Pérez.

 

Alegría desbordada

Con el marcador encarado, fue fácil para Valverde, pero también un riesgo. El jugador fue recibido por un estruendoso aplauso por los 80.000 aficionados que se reunieron en el Camp Nou, y su padre y hermano aparecían en algunas emisoras con los nervios descontrolados, emocionados y llorando en sus asientos.

“Ya me puedo morir tranquilo”, llegó a decir Bori Fati, el padre de Ansu Fati, quien se definió como “el hombre más feliz del mundo”.

Mientras su familia desbordaba entusiasmo, el jugador, con una expresión contenta pero contenida, señaló: “He estado muy nervioso. Sólo tengo palabras de agradecimiento para el club, para el míster y para la afición”.

Acabado el partido, el jugador se quedó en el césped “porque no me lo creía” y buscó a su familia, que era un mar de lágrimas por la noche que habían vivido en el Camp Nou.

Más adelante, le llenaron de felicitaciones y de achuchones, y uno de ellos fue muy especial. Fue el de Leo Messi, que con un abrazo le venía a bendecir como “uno de los nuestros”.

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