El Barça tiene una buena prueba para disipar las dudas generadas a cuatro días de disputar un nuevo Clásico, y en el Sánchez Pizjuán puede dar un importante paso para consolidar el liderato, aunque se encontrará a un Sevilla con ganas de limpiar la dolorosa eliminación de la Copa ante los azulgranas.
Los sevillistas vencieron hace un mes en el torneo copero en este mismo escenario por 2-0 a un Barcelona sin sus estrellas, pero a la semana siguiente escoció al equipo y a la afición el sonrojo pasado en el Camp Nou con el rotundo 6-1 de la vuelta.
Ahora, el equipo de Pablo Machín no pasa por los mejores momentos del curso, aunque se agarra a su fortín de Nervión para no caerse del todo, como sucedió el miércoles ante el Lazio italiano, al que ganó por 2-0 para acceder a los octavos de la Liga Europa.
El Barcelona tiene un inoportuno partido entre la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones de Lyon y la vuelta de las semifinales de la Copa del Rey en el Bernabéu.
La ausencia del delantero Kevin-Prince Boateng, incorporado en el mercado de invierno y que desde entonces solo ha disputado dos partidos, es la principal sorpresa de la convocatoria.