Trabajo y humildad por bandera y una maquinaria bien engrasada
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Trabajo y humildad por bandera y una maquinaria bien engrasada

Trabajo y humildad por bandera y una maquinaria bien engrasada
El técnico entrenó al Real Zaragoza el pasado curso, que se quedó a las puertas del playoff | pedro puig

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Finalmente el cuadro maño no logró el objetivo y el técnico vasco recaló en el Depotivo junto a Bernardo Tapia, su segundo, e Yvan Castillo, como preparador de porteros, con los que ya había coincidido en el Reus. 

Nuevos aires
Un entrenador que el nuevo director deportivo, Carmelo del Pozo, tenía en la cabeza y por el que esperó. Un técnico metódico y con el que llegaron una serie de cambios al Deportivo, como el hecho de que plantilla y cuerpo técnico desayunen y coman juntos todos los días de entrenamiento en Abegondo. Otros, ya los había iniciado en verano Del Pozo, con la salida de prácticamente toda la plantilla.

Tan solo cinco supervivientes: Pedro Mosquera, Fede Cartabia, Carles Gil, Borja Valle y Gerard Valentín, además del regreso de los cedidos Álex Bergantiños y Saúl García. Hombres, no nombres quería el director deportivo. Futbolistas, en su mayoría, curtidos en la categoría y con experiencia para una competición tan dura y disputada como la Segunda División de este año.

Alternativas
Dos hombres por puesto era la máxima de Del Pozo en lo tocante a la plantilla.

Lo cumplió salvo en el caso del lateral izquierdo (con la llegada de Diego Caballo, procedente del Fabril) y de la medular, donde el esquema empleado obligaba a contar con más mediocentros.

Hasta nueve jugadores pueden ocupar esa demarcación y sus diferentes características permiten alinear al más adecuado según convenga.

Sistema reconocible
El cuerpo técnico ha optado por un 1-4-3-1-2, con un rombo para poblar de centrocampistas la medular.

Un jugador ejerciendo como ancla con la defensa, dos vértices, izquierdo y derecho, y un futbolista como mediapunta para conectar con la dupla atacante. 

Se renuncia a los volantes, pero se opta por laterales de largo recorrido. Un trabajo extra para ellos y que obliga al resto de futbolistas a ser generosos en las coberturas.

Se vio en el último partido ante el Real Oviedo, cuando Vicente Gómez bajó en varias ocasiones a ayudar en tareas defensivas y de contención. Un sistema que poco a poco ha ido interiorizando el plantel y en el que sigue insistiendo e incidiendo en sus detalles y particularidades cada semana el ‘staff’ técnico.

Juego de toque
El juego del Deportivo comienza en su portería, con dos arqueros que son capaces de jugar con los pies y que buscan a los centrales, de buen toque de balón y que pueden progresar con el esférico.

Desde ahí, buscan conectar con el centro del campo, donde el futbolista que ejerce de mediapunta cuenta con libertad para moverse por el campo. Arriba, una pareja letal, formada en las últimas jornadas por Carlos Fernández y Quique González. No obstante, el sevillano, concentrado con la sub-21, no estará en Almería.

Un contratiempo que afronta el cuerpo técnico tratando se no desviarse de la hoja de ruta marcada. Con el trabajo y la humildad como sus señas y, siendo consciente de que queda mucho aún por ‘remar’, Natxo y su equipo caminan con paso firme hacia el objetivo del ascenso a Primera.

Trabajo y humildad por bandera y una maquinaria bien engrasada

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