Sporting y Oviedo disputan el derbi más atípico de su historia, con un Molinón sin espectadores a pesar de que los dos equipos se juegan tres puntos muy importantes en sus aspiraciones de meterse en las posiciones de ascenso, en el caso de los gijonenes, y de salir de las de descenso, en el de los visitantes. El deportivismo seguirá de cerca este duelo, esperando una victoria local que permitiría a los herculinos continuar fuera del descenso.
Los rojiblancos parecen llegar a esta cita en mejor estado de forma, como lo demuestran los resultados y el juego ofrecido en las dos jornadas disputadas tras la reanudación de la liga, pero la ausencia de público hace que el factor campo no beneficie a los locales como se está viendo en los partidos jugados hasta ahora, en los que se han registrado más victorias visitantes que de los de casa.
Djukic decidió que el entrenamiento previo al partido sea vespertino por lo que no será hasta por la tarde cuando despeje las dudas que tiene sobre el estado físico del lateral Damián Pérez y de los centrocampistas Aitor García y Pedro Díaz.
El conjunto carbayón (20º en la tabla clasificatoria con 37 puntos), por su parte, está empatado en la tabla con el CD Lugo aunque con un partido menos y necesita ganar tras sus dos empates seguidos para volver a salir de unos puestos de descenso en los que pelea también con Numancia, Albacete y Deportivo -todos ellos con un punto escaso de margen-.
Tan apretada está la clasificación por la parte baja que el técnico azul, Cuco Ziganda, tiene a los suyos centrados en el derbi desde pasado miércoles, jornada en la que se escaparon dos puntos ante un rival directo como el conjunto coruñés pese a ir 2-0 toda la primera mitad. l
