Quique alumbra el triunfo de la solidez
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17º-23º

Quique alumbra el triunfo de la solidez

Quique alumbra el triunfo de la solidez

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El Deportivo consolidó su progresión a domicilio con un triunfo clave en Granada, donde no se imponía desde hacía 71 años. Lo hizo con solidez, con una versión menos fogosa que en El Molinón, sin vistosidad, pero también con pocas fisuras,

rentabilizando la presión con el acierto de Quique, que recupera el gol y el ánimo.
Dos meses después de su anterior titularidad, Pedro Mosquera volvió a tener minutos con la blanquiazul. Fue el principal cambio en el once deportivista. El coruñés se situó a la izquierda de Bergantiños, en el puesto que ocupó Didier Moreno ante el Tenerife. En ataque, Quique se situó como delantero de referencia y Fede Cartabia, en el ala derecha del 4-1-4-1 que propuso Natxo. Christian Santos se quedó en el banquillo después de dos encuentros como titular.


El Deportivo encendió los motores con menos brío que en su anterior partido a domicilio, en Gijón, donde había roto su mala dinámica lejos de Riazor (no ganaba desde el 30 de septiembre). No carburaron los blanquiazules hasta que se cumplió el minuto 13 y Cartabia, el más incisivo, probó con un latigazo desde la frontal que se marchó a la derecha de la portería de Rui Silva.

El Deportivo logró hacerse con el control del esférico en un partido de bajo ritmo, apático, con poco fútbol. Se percibía más miedo a perder, a cometer un error que cambiara el guion del choque, que ambición por ganar. Pudo cambiar el encuentro antes de la media hora en un par de minutos en los que el Granada dispuso de dos ocasiones clarísimas para adelantarse. Por suerte para los intereses deportivistas, la primera, un cabezazo de Adrián Ramos a centro de Víctor Díaz, lo sacó de la escuadra Dani Giménez con una gran mano. En la acción posterior, el larguero escupió el remate de José Antonio Martínez.
Nada más pasó en un gris primer periodo al que no tardó en poner fin el colegiado cuando se cumplieron los 45 minutos de rigor.
Tampoco se avivó el encuentro en la reanudación, pero el Deportivo recibió el premio (o regalo, según se mire) a la presión al Granada en la salida del balón. Sacó en corto el portero del conjunto andaluz para Germán, este abrió a la banda izquierda para José Antonio Martínez y allí fue con fe Fede Cartabia a tapar al mismo jugador que en el primer tiempo había estrellado su cabezazo en el larguero. El pase en largo que pretendía ejecutar el central del Granada golpeó el trasero del argentino y se convirtió en una asistencia para Quique González. El vallisoletano cazó el esférico en el área y definió con un disparo seco con la zurda, imposible para Rui Silva.
El máximo goleador del Depor solo había anotado un gol en los once anteriores encuentros y acumulaba 455 minutos (más de seis partidos) de sequía. Por la semana le había restado trascendencia a ese bache goleador, pero necesitaba marcar. La rabia y alegría de su celebración así lo reflejaron.
Poco más duró Cartabia en el terreno de juego. El argentino sigue conociendo su cuerpo y el técnico, calibrando los minutos para no pasarse. Su puesto lo ocupó en el ecuador del segundo tiempo su compatriota Matías Nahuel.
El Deportivo se refugió en campo propio para defender los tres puntos. Natxo se afanó en cubrirse y el equipo se encogió demasiado. Por suerte, no lo pagó. Didier Moreno sustituyó a Mosquera y más tarde, Somma, a Borja Valle. Repliegue al máximo.
Antes de que entrara el italiano, el partido se calentó. El Granada empujó y llegó la polémica. Un centro de Dani Ojeda desde la derecha lo metió con la mano Puertas. El árbitro lo anuló y los andaluces protestaron sin sentido.
Después, Dani Giménez evitó la igualada en un remate de Rodri tras un mal despeje de Domingos Duarte.
El Deportivo acabó encerrado ante el asedio del Granada, sabiendo sufrir para no encajar. Sobrevivió, aunque en el descuento perdió para el próximo partido, ante el Nàstic de Tarragona en Riazor, a Domingos Duarte (por acumulación de amarillas) y a Nahuel, que fue expulsado por agredir, según el árbitro, a un rival. El mismo colegiado había dejado en amarilla una agresión peor de Quini a Duarte.
El triunfo es de los de ‘siete puntos’: los tres del triunfo, los tres que deja de sumar el Granada y el golaveraje. Un nuevo golpe de autoridad del Deportivo que ahora debe ganar en casa (sábado, 16 horas, ante el Nàstic) antes de visitar a otro rival directo, el Málaga (domingo 24, 18 h.). l

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