Propósito de enmienda en el nuevo ejercicio que empieza hoy
lll
17º-23º

Propósito de enmienda en el nuevo ejercicio que empieza hoy

Propósito de enmienda en el nuevo ejercicio que empieza hoy
24 junio 2019 Fútbol Segunda División Playoff Ascenso Primera División Mallorca - Deportivo 3-0

Usuario

Hoy empieza un nuevo ejercicio, el 2019-20 con propósito de enmienda. Solo un gol, el que pudo anotar Quique González (sacó una mano prodigiosa Manolo Reina) o, a última hora, Pablo Marí (su remate de cabeza se fue por centímetros), habría cambiado drásticamente el resumen de la temporada que finalizó ayer. Si una de esas ocasiones hubieran entrado en Son Moix el pasado 23 de junio, la noche de San Juan habría sido la de la celebración de la vuelta a Primera División y hoy el escudo del club estaría con los otros 19 de la máxima categoría y no en la de plata, donde figura.

Quien no conoce la historia está condenada a repetirla, así que nada mejor que repasar la temporada pasada para afrontar con aire fresco la nueva. El Depor la acometerá con el mismo objetivo, el ascenso, pero con una plantilla remodelada, confeccionada según las limitaciones económicas del tope salarial, y todavía con más “hombres que nombres” (frase que usó Carmelo del Pozo hace un año) que la anterior. 

Hace solo dos meses, el Deportivo era un equipo que iba hacia el abismo; pero se recuperó, llegó a tocar el cielo y al final, no llegó a él porque en Mallorca (3-0) dilapidó la renta que tenía que llevaba a la isla (2-0) y acabó frustrado.

El equipo herculino no consiguió sacar el billete que quedaba pendiente para regresar de Segunda a la élite junto al Atlético Osasuna y el Granada, un objetivo que rozó, pero no alcanzó, en una temporada en la que estuvo a punto de tirar la toalla mucho antes.

En abril, los propios jugadores reconocían haber tocado fondo. Así se manifestaron a la conclusión de la derrota con el Rayo Majadahonda (0-2), que supuso la destitución de Natxo González.

La caída libre continuó con otras dos derrotas consecutivas con José Luis Martí en el banquillo. El Deportivo iba hacia el abismo sin saber dónde estaba el límite. Llevaba nueve jornadas (sin contar el partido con el Reus) sin imponerse, solo había logrado una victoria en Riazor en todo 2019 (2-0 ante el Albacete el 20 de enero) y había perdido tres encuentros seguidos, dos de ellos como local.

Las sensaciones, tampoco eran mejores. Estaba lejos de la efectividad y juego con que había iniciado la temporada y que avalaba su condición de favorito al ascenso directo. Era un equipo atascado, asfixiado, ansioso, con giros de tuerca desde el banquillo que no surtían efecto.

Desapareció de las quinielas del ascenso a Primera al haberse distanciado a cuatro puntos de la promoción y a diez del segundo puesto. Nadie (o muy pocos) seguían creyendo en él.

En aquella situación, a falta de siete jornadas para el final de la fase regular, la afición pidió la dimisión del entonces presidente, Tino Fernández, y la solicitud fue aceptada.

El ya exdirigente y su Consejo de Administración anunciaron su cese, que sería efectivo en una Asamblea de Accionistas posterior (se celebró el 28 de mayo).

Asomarse al precipicio fue el punto de inflexión del Deportivo. Mejoró sus prestaciones defensivas, descongestionó poco a poco su olfato goleador y el partido ante el Mallorca, en la antepenúltima jornada, fue clave.

Ganó con un gol de penalti y en el descuento (previamente pudo haber encajado alguno de los baleares) y salvó sus opciones de meterse en la promoción de ascenso el día antes de que Paco Zas accediera a la presidencia con el respaldo de Tino Fernández (le apoyó con unas 24.000 acciones).
Los tropiezos del Cádiz permitieron al Deportivo alcanzar el sexto puesto en la penúltima jornada y certificar el billete al playoff en la última cita de la fase regular.

En la primera eliminatoria se levantó de la lona en el partido de ida, en Riazor, ante el mejor clasificado de los cuatro que pelearon por regresar a Primera a través de esa vía, el Málaga. Después de llegar al descanso 1-2, ganó 4-2, una renta que consolidó en el partido de vuelta (0-1).

El jueves 20 de junio superó al Mallorca con una ventaja similar (2-0), pero el domingo 23 no pudo confirmar el ascenso en la isla ante el mismo equipo que le había dado vida en la recta final de la fase regular. 

Fue una temporada en el que las lesiones obligaron a gran parte de la plantilla a pasar por la enfermería y en la que el mercado invernal resultó decisivo. El Deportivo optó por apenas mover ficha confiando en el bloque que había armado, pero no le llegó.

Tras la marcha de Carles Gil, llegó Matías Nahuel para explotar las bandas, pero Natxo, que durante mucho tiempo había sido fiel al rombo, no  consiguió que el equipo recuperar el rumbo que había perdido antes de las vacaciones de Navidad.

Martí logró reconducir una nave a la deriva, aunque al principio le costó dar con la tecla, probablemente por desconocimiento de la plantilla. Pasados los dos primeros partidos, empezó a carburar. El destino parecía haberse aliado con el Deportivo, pero en la batalla decisiva, en la que había que defender dos goles de ventaja, el técnico fue excesivamente fiel a su idea inicial y el equipo se la pegó.

Propósito de enmienda en el nuevo ejercicio que empieza hoy

Te puede interesar