Sin perder nunca el norte, el cántabro Paco Liaño analiza desde su tierra al Deportivo tras la frustración que supuso quedarse en Segunda División la temporada pasada. Afronta con expectación sobre lo que será el nuevo curso, que comienza en tan solo una semana contra el Oviedo.
¿Qué valoración haces de la plantilla que se ha confeccionado para este curso y que todavía puede sufrir cambios?
Estoy expectante, como todos. Hasta cierto punto, no me atrevo a juzgar a nadie, a unos porque no les conozco, como Lampropoulos, y a otros porque hace tiempo que no les veo. En teoría tenemos menos equipo que la temporada pasada sobre el papel, pero es algo que no sé si es algo con lo que ya se contaba porque hay que tener en cuenta el recorte presupuestario y en Segunda ocurre de un año para otro que las plantillas cambian. La clave es cómo encajan las piezas, si funcionan los nuevos y cómo se adapta el equipo con Anquela.
El juego en pretemporada ha sido gris, ¿qué importancia se le puede dar?
Yo no doy importancia a la pretemporada en ese aspecto. Es verdad que los resultados en estos partidos ayudan o perjudican, pero sobre todo hay que tener en cuenta que es un periodo muy importante para coger la forma y para que la gente nueva se vaya integrando, para el trabajo físico y para preparar la forma en que el equipo vaya a jugar a lo largo de la temporada.
¿Qué implica la llegada de Anquela al banquillo?
Que el que se duerma, lo atropella por todo lo que él transmite, ese carácter, ese nervio, aunque el discurso es un poco tradicional. Lo meto en el mismo paquete que los jugadores, no le voy a juzgar hasta que lo vea cuatro o cinco partidos y sepa lo que pretende. Prefiero ser cauto. Te pongo de ejemplo cuando ficharon a Dani Giménez, que a priori no me decía nada, que parecía un fichaje extraño y que ha sido uno de los mejores del equipo.
La decepción de no ascender fue grande, pero se llegó al playoff a última hora
¿Te sorprendió este nuevo cambio en el banquillo?
No me sorprendió, primero por la dinámica que hay con los entrenadores últimamente, pero tampoco esperaba que Anquela fuera a ser el inquilino porque no venía de una temporada exitosa en Oviedo. No me sorprendió lo de Martí y me sorprendió más el fichaje de Anquela.
No hay estabilidad en el banquillo del Depor pero es algo habitual en Segunda, porque la temporada pasada casi todos los equipos cambiaron.
Sí, el fútbol está cambiando en muchos sentidos. En los banquillos, también. Ahora en las plantillas se producen, en parte por los topes salariales, revoluciones masivas de una temporada a otra. Los clásicos como yo nos tenemos que ir acostumbrando a esto.
En tu etapa podían aprenderse los nombres de los onces para varias temporadas.
Ahora los jugadores van y vienen y además hoy en día los de casa tienen cada vez menos importancia en los equipos, lo cual es para mí es un error. Hablo de la cantera.
No es canterano, pero Mosquera podría incluirse en ese grupo y ha sido despedido.
He estado escuchando el tema. Que se marche no me sorprende porque ha sido muy poco utilizado y probablemente tenga una de las fichas más altas, así que, si hay posibilidad de acuerdo económico, que no sé como estaría, no me parece del todo mal la rescisión. A un jugador que no ha jugado no lo puedes mantener si no va a tener el papel importante que tenía cuando lo quiso llevar el Valencia. El que tenía últimamente no era su rol y liberas límite salarial. No me sorprende la salida.
Sobre el papel, tenemos menos equipo que la temporada pasada
¿Ya te ha pasado el cabreo del partido de Mallorca?
Estamos recuperándonos todavía porque todos pensábamos estar en Primera y no en Segunda. Fue un golpe duro. Al final, respondió a lo que había sido la trayectoria toda la temporada, porque nunca estuvo en un nivel alto de competición que nos hiciera pensar que era muy posible ascender. La decepción fue muy grande, pero, si lo analizas, llegaste a última hora al playoff y encuentras razones para pensar que no se hizo bien.
¿Entendiste el último planteamiento de Martí?
Fue, cuando menos, extraño. Así como en Málaga se hizo muy bien, condicionado por el resultado de casa que te llevaba a intentar por todos los medios no encajar, en Mallorca tenías que marcar y me extrañó que salvo la oportunidad del final no tuvieses forma de crear ocasiones, pero es agua pasada.
¿Eres de los que piensa, como Pedro Sánchez, que es mejor no hablar del tema y olvidarlo, o como Vicente, que decía que en Las Palmas, cuando se quedaron sin ascenso, les pedían recordarlo?
Eso tendrá que ver con cómo asuma cada uno ese fracaso. Las dos posturas se pueden entender. Lo que está claro es que desde el punto de vista del aficionado no se va a olvidar porque venimos de demasiadas decepciones seguidas y el que lo va a pagar a poco que las cosas no salgan bien es el equipo porque el ambiente está enrarecido y eso que los socios han dado otra lección de fidelidad. Por apoyo no será, pero la mente del aficionado no olvida estas temporadas.
Carmelo del Pozo me inspira menos confianza que hace un año
Hablamos antes del cambio de entrenador, ¿cómo valoras el de presidente?
No es fácil su situación ni lo que tiene que conseguir en el Depor, que deportivamente es devolverle a la categoría que le corresponde y lidiar con una situación económica muy delicada. Vamos a ver si en lo económico da continuidad a Tino y si rectifica en lo deportivo y lo social y se vuelve a la mejor situación posible.
¿En qué escalafón ves al Deportivo?
Hemos perdido la primera fila porque la pole la tienen los que bajan de Primera División por sus topes salariales, que vienen con plantillas en parte heredadas de la anterior temporada y eso se supone un plus. Dicho esto, creo que después de los descendidos somos de los equipos a los que hay que exigirles pelear por el playoff y jugársela. Hemos perdido el favoritismo, nuestro presupuesto es menor y pasamos a un segundo grupo de equipos con las mismas aspiraciones que las nuestras. Hemos perdido el ser uno de los tres favoritos. Pero tampoco creo que sea definitivo en una categoría que es muy complicada.
A ver si en lo económico Zas da continuidad y rectifica en lo deportivo y lo social
Como dices, al equipo se le va a seguir exigiendo.
En cada campo eres favorito, pero si repasas el nombre de los equipos de Segunda hay casi hay más históricos en Primera: Sporting de Gijón, Oviedo, Málaga, Racing, Zaragoza... hay una pila de equipos que a lo mejor su momento actual no es el mejor, pero que tienen una exigencia grande. Hay que afrontarlo desde la humildad, no desde la prepotencia y ser consciente de que la historia no te sirve para nada.
El miedo es repetir un caso como el del Zaragoza...
Sí, el del Zaragoza o el de varios que están ahora en Segunda B. El Zaragoza pasó en un año de luchar por el playoff a hacerlo por la permanencia. Dios quiera que no sea el caso del Deportivo. Sería demasiado dramático. Por afición no va a ser.
¿Qué te parece la gestión de Carmelo del Pozo?
Me inspira menos confianza que el año pasado porque venimos sin conseguir el objetivo y se ha cambiado de presidente, de entrenadores y al siguiente al que se va a mirar es al que hace las plantillas. Esa función la tiene asumida y es consciente y lo sabe. Cada uno tiene su función. Está claro que se tiene que sentir en el punto de mira. Ojalá que se quede muchos años porque sería buena señal.
El que me dio todo en el fútbol es el Deportivo
La temporada pasada le dejó sabor agridulce. Agrio, por el hecho de que el Deportivo no fuera capaz de lograr el ascenso a Primera División y se quedara en la categoría de plata por segunda campaña consecutiva. Dulce, porque sí pudo celebrar un ascenso, el del Racing de Santander de Segunda B a la categoría de plata.
Liaño nació en Santander hace 54 años (cumple 55 en noviembre), y debutó en el fútbol profesional bajo el arco del equipo de su ciudad, el Racing. Lo hizo, con 19 años, en Segunda División en la temporada 1983-84, en la que los santanderinos lograron el ascenso a Primera, categoría en la que disputó un partido el siguiente curso
En las filas del Racing estuvo hasta 1990, año del descenso de los cántabros a la tercera categoría del fútbol nacional. Después de 24 partidos en la meta del equipo santanderino, fichó por el Sestao, de Segunda. Jugó 38 encuentros, fue el menos goleado y sacó el pasaporte al Deportivo de Primera División, al que llegó en 1991 y en el que vivió la época del SuperDepor. Fue dos veces el Zamora de la máxima categoría (ostenta el récord de menos goles encajados), y ganó una Copa y una Supercopa. En 1996 fichó por el Sporting.
“Este año voy a tener dos partidos especiales. Lo políticamente correcto es el empate, pero el que me dio todo en el fútbol es el Depor y es lo que más pesa. Soy de Santander, mi aspiración era jugar en el Racing, lo conseguí, pero poco, y donde encontré la felicidad fue en el Depor”, explica el guardameta.
