Un octubre más rojo que ninguno
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Un octubre más rojo que ninguno

Un octubre  más rojo  que ninguno
El Deportivo se encasquillaba ante Girona, Almería, Las Palmas y Racing | aec

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Sin victorias desde la jornada inaugural del campeonato de Liga ante el Oviedo, el RC Deportivo se presentó a las puertas del mes de octubre acuciado por la necesidad de puntuar.

Instalado por desgracia en puestos de descenso directo a Segunda B —decimonoveno—, las piernas de los futbolistas herculinos comenzaron a bloquearse de manera alarmante.

Mientras el director deportivo Carmelo del Pozo solicitaba paciencia y tiempo de aclimatación para un conjunto en formación, los resultados disminuían la confianza del equipo y su entorno.

Cinco jornadas fueron las disputadas en el mes referido, con un balance global paupérrimo de tres derrotas y dos empates, o lo que es lo mismo, solo dos puntos sobre quince posibles en el zurrón blanquiazul.

Con Juan Antonio Anquela ratificado por el Consejo de Administración pero al mismo tiempo cuestionado por su incapacidad para reflotar el barco, el RC Deportivo visitaba a un recién descendido Girona, el conjunto con el tope salarial más elevado de la categoría de plata.
Desde luego que Montilivi no se antojaba como el escenario más propicio para una resurrección de los blanquiazules pero la sensación de endeblez dejada en territorio catalán fue una nueva lágrima derramada en una primera vuelta de tragedia.

Desde los compases iniciales los visitantes no dieron el nivel exigible y los tantos de Borja García, Gual y Stuani fueron demasiado para el único acierto de Borja Valle (3-1).

Ya con la soga al cuello para el entrenador Juan Antonio Anquela, el Deportivo regresaba a Riazor para dirimir una dura batalla frente a un candidato al ascenso como el Almería.

Aunque los coruñeses no fueron inferiores y completaron uno de los encuentros más sólidos y regulares de la temporada, el desacierto ante el marco contrario impidió que se moviese el 0-0 inicial. Un punto no fue rédito suficiente para salvar la cabeza del míster jienense, sustituido por Luis César.

El preparador arousano cumplía así un viejo anhelo, dirigir al conjunto más laureado del fútbol gallego, al que seguía muy de cerca —muchas veces en el propio estadio de Riazor— desde los tiempos más gloriosos del club.

Sin embargo su relevo en el banco no surtió el efecto deseado y prueba de ello fue uno de los mayores varapalos de la temporada, un contundente 3-0 encajado en el estadio Gran Canaria frente a una UD Las Palmas que en ningún momento concedió opción alguna a una escuadra sin alma, que cayó al puesto de colista.

Los deportivistas acumulaban ya la friolera de diez jornadas seguidas sin sumar de tres en tres y el próximo adversario en A Coruña era otro ‘exprimera’ en apuros como el Málaga.

Los costasoleños hicieron gala de un mayor oficio para llevarse un partido con más tensión que fútbol, en el que la defensa deportivista volvió a evidenciar unas fisuras incompatibles con el éxito deportivo.

El 0-2 final provocó la primera pañolada del año en el feudo herculino, cuya afición explotaba tras otra decepción más.

Antes de poner colofón a un octubre más al rojo vivo que nunca, dramático, el Depor salvó al menos un punto con un 1-1 in extremis en El Sardinero ante un Racing deprimido.

Un octubre más rojo que ninguno

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