El Deportivo cerró el circulo este viernes ante el Numancia en Los Pajaritos, logrando una victoria (1-2) que le hace recuperar la confianza perdida, romper una racha de nueve jornadas sin ganar. Lo hizo siendo capaz de sobreponerse en un partido en el que acabó con uno menos sobre el verde y no exento de ciertas reminiscencias con el pasado.
Y es que en la primera vuelta los coruñeses sufrieron en sus carnes como el cuadro soriano les levantaba un 2-0. Fue en la jornada 17, el pasado 8 de diciembre de 2018. Los blanquiazules marcaban en los minutos 9 (Expósito) y 28 (Borja Valle) y encarrilaban el encuentro. Pero Unai Medina (min.58) y Diamanka (min.77) ponían las tablas y los coruñeses acababan pidiendo la hora, tras la expulsión de Saúl en el minuto 90.
A menos
A partir de ese encuentro, curiosamente, se comenzaba a iniciar una dinámica negativa, en la que los herculinos solo lograrían cuatro victorias (Zaragoza, Granada y Sporting a domicilio) y Albacete en casa en 17 jornadas, con el cese entremedias de Natxo González.
Los tres puntos cosechados este viernes se cimentaron en un demoledor inicio de los blanquiazules, que en el minuto 10 ya ganaban 0-2. Una ventaja muy madrugadora ante un equipo muy necesitado, que estaba claro que iba a apretar y que desniveló el campo a su favor en ciertos momentos del choque. Sorprendió José Luis Martí con un once de carácter eminentemente ofensivo, con sobrada calidad arriba, con Fede Cartabia, Borja Valle, Quique González y Carlos Fernández, de nuevo de los destacados este viernes.
También volvió a tener una importancia capital la pericia de Dani Giménez en la portería, que evitó el gol, con ayuda del larguero, tras un inapelable testarazo de Guillermo. El guardameta, como ya había avisado en la zona mixta tras el encuentro ante el Extremadura, demostró que había olvidado totalmente el fallo que supuso el segundo tanto de la escuadra de Almendralejo.
También fue fundamental la aportación de jugadores sin presencia las últimas jornadas como Álex Bergantiños, importante en la contención del ataque rival y en las ayudas, sobre todo cuando el equipo de López Garai se fue con todo a por el partido, ya con un hombre más sobre el verde.
Un trabajo de solidaridad por parte de todo el equipo, con los jugadores mucho más metidos, más atención en las coberturas, más duelos ganados y un carácter diferente al mostrado en las últimas contiendas, al que ahora hay que dar continuidad.
