El preparador deportivista ha comparecido por última vez esta presente temporada ante los medios de comunicación en la previa del último encuentro ante Las Palmas en su feudo. Hace autocrítica con el sentir del aficionado y apela a hacer un buen encuentro.
Comenta en esta línea que "la palabra relajación no la queremos, estaríamos equivocados. El hecho de tener claro que el futuro del Depor está asegurado nos hace estar más tranquilos, pero estamos en deuda con la gente y tenemos un partido por lo menos para empezar a pagar esa deuda", mantiene.
Entiende el descontento del respetable y sus manifestaciones porque "la afición se expresa según lo que ha visto", relata. Alude a sacarle provecho a esta situación. "Nos tiene que servir de acicate para mejorar en todos los estamentos del club para que las cosas salgan mejor, para estar a la altura de lo que ellos nos demandan", sentencia.
Asimismo cre que no tiene que ver con el pasado sino con el presente, porque "es la misma afición que aplaudió a rabiar ante el Atlético, el Barça o que se desplazó mayoritariamente a Gijón. Todos estamos decepcionados, seguramente ellos más, porque se esperaban un depor con más expectativas. Con la baste que hay empezamos a construir ya, intentar subir el nivel de cosas que nos han fallado", lamenta.
La planificación del futuro es algo que preocupa a todas las parcelas y por tanto este periodo que se abre de vacaciones, no será tal. "Toda la dirección deportiva necesita al cuerpo técnico y al revés. Creo que es de lógica que dé mi opinión y será escuchada. Con la base, no se puede cambiar doce o trece cada año". "Tenemos que mejorar el equipo en todas las parcelas, manteniendo una base que creo que es coherente, que te haga tener los cimientos fuertes. Todos los jugadores tienen que aportar en muchas facetas, no solo en una", apunta.
