“Creo que es necesario despedirme. Como para todo el deportivismo, estas semanas han sido muy duras para mí. Nunca pude imaginar que el descenso llegase a producirse. Ni la ciudad ni la afición merecéis esto y pido perdón a cualquiera que se haya sentido decepcionado conmigo”, escirbió el futbolista en sus redes sociales.
Ansiado regreso
Lucas, que regresó al Deportivo el pasado verano cedido por el club británico Arsenal tras haber sido traspasado por el conjunto gallego al ese equipo en 2016, explicó que “las cosas no siempre salen como uno piensa”, pero deja “claro” que “nunca” va a arrepentirse de “haber vestido de blanquiazul”.
Comienzos difíciles
El futbolista dijo que le costó llegar al equipo coruñés tras haber tenido que formarse en otros clubs tanto de la ciudad gallega como de España y haber jugado en escuadras de Ucrania y en Grecia.
“Fueron muchos años de duro trabajo para poder jugar en un estadio que me enamoró desde niño. Precisamente a ellos quiero dirigirme, a todos esos ‘nenos’ coruñeses, a los de Abegondo, pero también a los que juegan en las calles de Monelos, la playa del Orzán o los campos de la Torre. No os rindáis”, apuntó.
Lucas quiso agradecer a quienes confiaron en él “hasta el último día” y también “al club, el Deportivo”, por permitirle “cumplir el sueño” de su vida, así como al Arsenal por haberse mostrado “siempre comprensivo” con él. “Os deseo lo mejor y confío en que dentro de un año las hormigoneras volverán a salir a las calles para celebrar la vuelta a Primera. Estoy convencido de ello”, señaló el jugador coruñés, que se despide con un “abrazo” y también un “forza (fuerza) Dépor”, concluyendo así su carta.
Mala segunda etapa
La vuelta de Lucas Pérez al Deportivo fue una de las ‘bombas’ del mercado estival de la temporada pasada.
Tras arduas negociaciones, el ‘hijo pródigo’ regresaba a la que había sido su casa, tras una campaña casi sin minutos en el Arsenal.
No era el retorno esperado. A Lucas, como al Deportivo, le costaba arrancar. Sin haber podido hacer la pretemporada con los ‘gunner’, llegaba sobre la bocina. Ocho goles marcaba en 2.796 minutos, y acumulaba casi una vuelta sin hacerlo. Ahora probará suerte en el Arsenal de Unai Emery.
