La Ciudad Deportiva no produce todo lo que el club desearía para reforzar al primer equipo, pero sí le va suministrando efectivos a cuentagotas. Los que triunfan son fuente de inspiración para los que vienen por detrás.
Diego Caballo es el ejemplo. La temporada pasada, el lateral izquierdo estaba a punto de salir del Deportivo a estas alturas de verano, al estilo de Borja Galán. Su rendimiento y el hecho de que entonces ya hubiera dudas con Sebastián Dubarbier y Saúl García, le abrieron las puertas del primer equipo y, por edad, de su primer contrato profesional.
Empezó el curso como titular adelantando a los dos jugadores de su posición, después, alternó con Saúl, y finalmente se vio relegado a la suplencia tras una lesión muscular. Ahora, como él mismo dice, parte de cero. El canterano del Real Madrid, que pasó también por el filial del Valencia antes de incorporarse al del Deportivo, es uno de los ejemplos de que con trabajo y humildad se puede llegar al fútbol profesional.
Un camino más largo es el que tuvo que hacer Borja Galán para llegar al primer equipo del Deportivo. El extremo salió desde el filial blanquiazul al Alcorcón y fue recuperado este verano al ejecutar una cláusula de recompra gratuita, según apuntó en su momento Carmelo del Pozo.
Ahora mismo, son los espejos para los Mujaid, Martí Vilá, Tomás Bourdal, David Sánchez, Yago Gandoy, Javi Sánchez... Desde el filial, también buscan dar ese salto al primer equipo o, al menos, alternarlo con el conjunto que militará esta temporada en Tercera División.
Anquela, dispuesto
El nuevo técnico deportivista dejó la puerta abierta en pretemporada a los jugadores del filial, aunque también precisó que no va a hacer regalos.
En su primera semana como preparador blanquiazul ya les hizo un guiño: “Me han sorprendido los chavales que han subido del filial, que algunos tienen bastante nivel. Creo que nos podemos llevar alguna sorpresa en eso. Si tengo que poner a algún chaval, lo voy a poner si se lo gana”.
El preparador blanquiazul cuenta habitualmente con varios fabrilistas en los entrenamientos y también les ha dado protagonismo en los primeros partidos de pretemporada.
Traspasos
Para la ‘factoría Abegondo’ hay más espejos en los que se pueden mirar los jóvenes, aunque no sigan ligados al Deportivo.
Es el caso de Edu Expósito. Como Caballo o Galán, llegó directamente al segundo equipo deportivista sin haber pasado previamente por otras categorías inferiores. El catalán debutó efímeramente con Pepe Mel en Primera División en la temporada 2016-17, en el curso 2017-18 tuvo protagonismo con Cristóbal Parralo y se ganó su contrato profesional, aunque acabó la temporada con el B, y el año pasado sobresalió en el primer equipo y eso le llevó al Eibar por más de cuatro millones de euros.
Los traspasos de jugadores que proceden de las categorías inferiores han sido poco habituales. Solo se han registrado tres operaciones en este siglo, aunque han dejado en caja cerca de quince millones de euros. Los más de 4 de Edu, 5,68 de Xisco Jiménez al Newcastle en 2008 y 3,50 de Insua al Schalke en 2017.
