El Zaragoza, próximo rival del Deportivo en el campeonato liguero, afronta una semana complicada, ya que en tan solo cuatro días disputará dos encuentros que pueden confirmar el buen momento de los aragoneses y consolidarles en los puestos de ascenso directo o, por el contrario, alejarles del líder, el Cádiz, y permitir que el Almería y el Huesca, que están a un punto de los maños, les superen en la tabla.
Los pupilos del exdeportivista Víctor Fernández viajan mañana a Miranda de Ebro, donde afrontan un choque que se aplazó el pasado 18 de enero, debido al mal estado del césped por la intensa lluvia.
Anduva se ha convertido esta temporada en un plaza muy dura para cualquier visitante. El Mirandés es uno de los mejores locales de la Liga y también ha explotado su fortaleza en su feudo en la Copa del Rey, lo que le ha servido para dar la sorpresa y meterse en las semifinales tras hacer morder el polvo a tres equipos de Primera División como Celta, Sevilla y Villarreal.
Aunque la escuadra burgalesa cuenta con las bajas de tres futbolistas importantes como Merquelanz, Marcos André y Jon Guridi, lo normal es que al Zaragoza le espere un duelo de mucho desgaste en Miranda de Ebro.
La plantilla zaragocista regresó ayer a los entrenamientos para empezar a preparar la dura semana con doble compromiso liguero.
Los futbolistas maños llevaron a cabo un ensayo en el estuvieron divididos en dos grupos, con los jugadores con más minutos acumulados realizando tareas de recuperación, mientras el resto del equipo se ejercitó a mayor intensidad, con las ausencias de Luis Suárez, Shinji Kagawa, Javi Ros y Alberto Zapater.
Cuatro días después del desplazamiento a Miranda de Ebro, el conjunto aragonés recibirá al Deportivo en un duelo en el que ambas escuadras necesitan el triunfo.
