El descuento que más contó
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El descuento que más contó

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El Deportivo se está habituando a nadar contracorriente | PATRICIA G. FRAGA

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En esta nueva normalidad (social y futbolística), el Deportivo se ha habituado a ir a remolque y reaccionar. Nunca se sabe cuándo va a llegar, pero la reacción se acaba produciendo. Ayer, sucedió sobre la bocina, con dos goles en el descuento, justo a tiempo para celebrar una victoria que a los más atrevidos les servirá para mentar la promoción de ascenso, y a los realistas, entre ellos el propio técnico blanquiazul, para ver más cerca el objetivo que tenía cuando llegó al equipo y que entonces parecía un milagro: seguir en Segunda.
Arrinconado en el cuadrilátero, el Deportivo se repuso una vez más desde el parón por el coronavirus. Lo había hecho en Oviedo, reponiéndose de un 2-0, lo repitió ante el Rayo Vallecano y, aun con mayor carga épica, ante la Ponferradina. La suerte le sonrió y hay que reconocerlo. El primer tanto llegó en propia meta y el segundo, tras una pifia defensiva de los bercianos.

Fernando Vázquez ya había anunciado que tener cuatro días de descanso le permitía mantener más jugadores del anterior once y propuso tres cambios respecto al equipo que formó de inicio ante el Elche el pasado martes. 

Mollejo, Aketxe y Beauvue fueron las novedades en la alineación del Deportivo por Gaku Shibasaki,  Sabin Merino y Borja Valle. En la Ponferradina, que tuvo un día menos de descanso, Jon Pérez Bolo introdujo cinco permutas respecto al empate con el Racing de Santander.

El conjunto blanquiazul mantuvo la línea de cinco defensas, con Bergantiños en el eje de la cobertura. En repliegue fue un 5-4-1 y en ataque, un 5-2-2-1 por el 4-2-3-1 de la Ponferradina.

Al Deportivo, más allá de una ocasión tempranera en una combinación entre Aketxe y Mollejo que acabó en córner, le costó en los primeros minutos comprometer a un rival que hace de su organización su punto fuerte.

Los blanquiazules sabían que no tenían que perder balones que pudieran favorecer las transiciones rápidas de la Ponferradina y una pérdida de David Simón, por una mala elección, le costó el primer susto al Deportivo, pero Mujaid, al que le habían cogido la espalda, se repuso a tiempo y salvó la situación ante Kaxe.

El Deportivo tejió sus ocasiones, por la banda derecha, con las subidas al ataque de David Simón, cómodo como carrilero, sabedor de que tenía las espaldas cubiertas, y el talento de Aketxe. Un taconazo del vasco para el canario lo remató forzado y sin peligro Beauvue a los ocho minutos.

El delantero no estuvo acertado en los balones que le llegaron, como un pase en largo de Montero que le dejó en buena posición en el área rival, pero falló en el control tras un buen desmarque. Tampoco resolvió bien un centro de Simón a pase de Aketxe que remató al cuerpo de Manzanara.

El Deportivo insistió por esa banda y de una falta lateral a David Simón sacó Aketxe un disparo que iba a la escuadra y que interceptó con una gran intervención René a los 21 minutos. En esa acción, Mollejo se quejó de un manotazo de Ivi en el área, pero el colegiado del partido, Pulido Santana, dejó sin castigar la acción. El jugador cedido por el Atlético tuvo el gol antes de la media hora en otro centro de David Simón, pero su cabezazo en plancha se marchó desviado por centímetros. 

Enfrente, la Ponferradina solo buscó al Deportivo a diez minutos del descanso con un un disparo de Pablo Valcarce que acabó en las manos de Dani Giménez.

Apagados
El Depor volvió del vestuario desenchufado. La Ponferradina le dio un par de avisos y concretó el tercero. En la segunda acción tras una falta, Larrea disparó desde la frontal y Kaxe se benefició del despeje de Dani Giménez para batirle.

Quedaba media hora (y el descuento) y el técnico, que ya tenía entre manos los primeros cambios, los efectuó. Retocó el sistema, cada vez asumiendo más riesgos. En el medio del campo se quedaron Çolak, Aketxe y Valle. La Ponferradina logró contenerle hasta que el reloj superó el minuto 90. Un córner de Aketxe lo metió en su propia portería Trigueros. Había vida.

En un final loco, el cuadro berciano, rozó el triunfo, pero Dani Giménez lo evitó y acto seguido Aketxe provocó el error del rival y Çolak llevó al deportivismo al éxtasis.

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