Eneko Bóveda vivió una temporada 2018-19 en clara progresión ascendente. Aunque fue titular en las tres primeras jornadas del curso, en cuanto Marí estuvo a punto, el bilbaíno desapareció del once y se mantuvo un segundo plano.
Solo aparecía en contadas ocasiones y no encontraba hueco ni en el eje de la retaguardia ni en el lateral derecho, demarcación en la que le veía el cuerpo técnico.
Pero el relevo en el banquillo, unido al bajón de juego experimentado por David Simón, le hizo pasar de actor secundario a protagonista absoluto. José Luis Martí apostó por el vizcaíno, que se mostró muy sólido en el tramo decisivo de la competición.
La llegada de José Luis Martí al banquillo del Deportivo dio un giro radical al rol de Eneko Bóveda en la escuadra blanquiazul. Mientras que el futbolista vasco tan solo disputó siete partidos como titular en la primera vuelta (con Natxo González como técnico deportivista), jugó de inicio trece de los últimos catorce encuentros de la temporada.
El zaguero procedente del Athletic Club ha ido en clara progresión ascendente desde su llegada al cuadro herculino en enero de 2018. En su primera media campaña con el Depor, Bóveda disputó ocho partidos con la camiseta blanquiazul (siete como titular), mientras que en el segundo curso alcanzó los 23 encuentros (21 de ellos, de inicio).
El cuerpo técnico dejó claro desde el principio que el vizcaíno figuraba como lateral derecho y no como defensa central, circunstancia que le relegó al banquillo, ya que David Simón arrancó el curso en un gran estado de forma y ofrecía mayor profundidad en la banda al ser un jugador de un corte más ofensivo.
Pero a medida que avanzó la Liga, el canario perdió fuelle y se mostró bastante inseguro atrás, así que Martí decidió optar por un futbolista con menores prestaciones en ataque pero más sólido y seguro en defensa.
El zaguero procedente del Athletic Club ha ido en clara progresión ascendente desde su llegada al cuadro herculino en enero de 2018. En su primera media campaña con el Depor, Bóveda disputó ocho partidos con la camiseta blanquiazul (siete como titular), mientras que en el segundo curso alcanzó los 23 encuentros (21 de ellos, de inicio).
El cuerpo técnico dejó claro desde el principio que el vizcaíno figuraba como lateral derecho y no como defensa central, circunstancia que le relegó al banquillo, ya que David Simón arrancó el curso en un gran estado de forma y ofrecía mayor profundidad en la banda al ser un jugador de un corte más ofensivo.
Pero a medida que avanzó la Liga, el canario perdió fuelle y se mostró bastante inseguro atrás, así que Martí decidió optar por un futbolista con menores prestaciones en ataque pero más sólido y seguro en defensa.
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