El Deportivo de Juan Antonio Anquela afrontará esta tarde su cuarta prueba de la pretemporada en un escenario habitual para la afición blanquiazul.
El campo de A Magdalena de Vilalba acoge un año más a la escuadra coruñesa. Pero en esta ocasión, no será el conjunto local, el Racing Villalbés, el que se enfrentará al cuadro blanquiazul, sino que el rival de los coruñeses será la Ponferradina.
El equipo berciano, un recién ascendido a Segunda División, se convertirá en el segundo adversario de la categoría de plata con el que se medirán los pupilos de Anquela, tras el duelo con el Tenerife en el Triangular Cidade de Pontevedra del pasado miércoles.
En Pasarón, el cuadro herculino se impuso al conjunto canario (2-1) en el primer tiempo, con remontada incluida, a pesar de no ofrecer un buen juego, mientras que en el segundo duelo, con mayor presencia de los fabrilistas, empató con la escuadra local (0-0), de Segunda División B.
Borja Galán, que regresa al Depor tras un año en el Alcorcón, fue quien generó mayor peligro y exhibió una gran capacidad de asociación con Koné, que dejó buenas sensaciones, pese a no inaugurar su cuenta goleadora en pretemporada.
Basculación y repliegue
El trabajo táctico centró la mayor parte del entrenamiento matinal que realizó ayer el cuadro deportivista.
Juan Antonio Anquela analizó con sus futbolistas los errores cometidos ante el Tenerife y el Pontevedra y trabajó la manera de bascular a un lado y otro del campo, así como el repliegue defensivo con un sistema 4-4-2 y con un 4-1-4-1.
Precisamente, un desajuste a la hora de replegarse le costó al conjunto deportivista el gol que le marcó el Tenerife el pasado miércoles.
El preparador blanquiazul, que dividió a sus futbolistas en dos grupos —mientras él dirigía el ejercicio táctico, el resto afrontaban un circuito físico—, no paró de dar instrucciones a sus jugadores.
Elogios a Shibasaki
La sesión matinal, que se prolongó durante una hora y media, finalizó con unos partidos en espacio reducido de alta intensidad.
“Entramos ya fuertes”, arengó el técnico a sus jugadores antes de que se iniciara la tarea y, según arrancó el primer duelo, el japonés Shibasaki ya dejó un recado a un rival, demostrando quién manda.
“Gaku, enorme, enorme. Dos acciones defensivas de puta madre”, le elogió el preparador blanquiazul.
