Christian Santos encarna a la perfección la temporada plagada de decepciones que se vivió el pasado curso en la capital coruñesa.
Su cartel de internacional con Venezuela y sus dos campañas en Primera División con el Alavés, con el que marcó cinco goles en 31 partidos, hacían pensar que tendría mayor repercusión en el terreno de juego de la que terminó teniendo.
El atacante de 31 años se vio eclipsado desde el principio por la pareja formada por Quique y Carlos, y nunca logró reivindicarse.
No aprovechó las ocasiones que tuvo y fue asumiendo un rol más secundario a medida que avanzó el curso.
Números muy pobres para Christian Santos, que fue el quinto jugador de la plantilla con menos minutos en el campeonato liguero 2018-19. Tan solo Sebastián Dubarbier, que ni siquiera debutó en el torneo de la regularidad, y los tres futbolistas que llegaron en el mercado de invierno (Nahuel, Vítor Silva e Íñigo López), jugaron menos minutos con la camiseta blanquiazul que el venezolano.
El exfutbolista del Alavés partició en 21 jornadas de Liga, pero tan solo fue titular en media docena de partidos. Le costó arrancar, debido a que sufrió una lesión muscular durante la pretemporada que le impidió estar en condiciones de disputar el primer encuentro del curso. Entre que le faltaba ritmo de competición y que Quique y Carlos comenzaron el campeonato como un tiro, vivió a la sombra de la pareja titular, que marcaba las diferencias en el campo por medio de goles.
De todas formas, cuando Natxo González le concedió oportunidades de jugar, apenas aprovechó sus minutos.
Marcó uno de los goles del triunfo contra el Nàstic en Tarragona en la séptima jornada, el tanto que deshizo el empate en El Molinón (1-2) y la única diana blanquiazul en la derrota en Riazor frente al Extremadura (1-2).
El exfutbolista del Alavés partició en 21 jornadas de Liga, pero tan solo fue titular en media docena de partidos. Le costó arrancar, debido a que sufrió una lesión muscular durante la pretemporada que le impidió estar en condiciones de disputar el primer encuentro del curso. Entre que le faltaba ritmo de competición y que Quique y Carlos comenzaron el campeonato como un tiro, vivió a la sombra de la pareja titular, que marcaba las diferencias en el campo por medio de goles.
De todas formas, cuando Natxo González le concedió oportunidades de jugar, apenas aprovechó sus minutos.
Marcó uno de los goles del triunfo contra el Nàstic en Tarragona en la séptima jornada, el tanto que deshizo el empate en El Molinón (1-2) y la única diana blanquiazul en la derrota en Riazor frente al Extremadura (1-2).
Con cuentagotas
