La dictadura de los resultados en el mundo del fútbol no entiende de sentimientos ni de logros pretéritos y en estos momentos el puesto de Pepe Mel al frente del banquillo deportivista se encuentra en el alambre.
A pesar de que ha sido ratificado el pasado domingo por el director deportivo Richard Barral, las malas sensaciones que el club está ofreciendo en la Liga —actualmente en puestos de descenso con solo cuatro puntos sobre un total de 18— podrían llevar al Consejo de Administración a destituir al actual entrenador.
El próximo sábado ante el Getafe en el estadio de Riazor Mel protagonizará toda una reválida y en el peor de los casos (traspié o mala imagen) podría abandonar el RC Deportivo.
El presidente deportivista Tino Fernández está estudiando los pros y los contras de su eventual destitución e incluso no descarta efectuar cambios en la Dirección Deportiva si las aguas no vuelven a su cauce y el equipo no remonta el vuelo en las próximas semanas.
Sangría de goles
Una de las principales misiones del actual míster blanquiazul es taponar la oleada de tantos en contra que está recibiendo el equipo; con los cuatro de Cornellá ante el Espanyol, el Depor suma 15 en contra (2,5 de media), unos registros que condenan a cualquier conjunto de la zona media-baja a coquetear con el descenso.
En Europa solo el Benevento italiano (16) y el Dijon francés (16) han encajado más que el club coruñés, que lógicamente es el más vulnerado de la Liga.
Mientras ya suenan nombres de posibles candidatos al banco como Lasarte o De Boer, Mel luchará para mantener su puesto.
