Al CD Lugo se le está resistiendo esta temporada una asignatura, la de cerrar partidos, uno de los hándicaps que le mantiene a solo un punto de las posiciones de descenso de LaLiga 1/2/3..
El domingo, el equipo que entrena Alberto Monteagudo, dejó escapar una ventaja de dos goles ante el líder, el Atlético Osasuna, e incluso pudo quedarse sin sumar el punto (2-2) que le ha permitido llegar al trigésimo cuarta jornada fuera de los puestos que llevan a Segunda B. Osasuna mandó un balón al poste y tuvo ocasiones claras para firmar una épica remontada que habría dejado muy tocado a los rojiblancos.
“Con un 2-0 este año con nosotros no está cerrado el partido y al final te vas con sensación de que casi te ganan”, admitió a la conclusión del choque el preparador del equipo lucense. No es un problema nuevo, sino repetido a lo largo de la temporada. Aunque es cierto que el Lugo protagonizó también alguna remontada (al Numancia, por ejemplo, le derrotó después de haber llegado 0-2 al descanso), ya son ocho las jornadas en las que, tras haberse adelantado, acabó empatando o perdiendo.
Así, en cuatro choques ganaba por un gol y perdió: en la primera jornada, ante el Málaga (de 1-0 a 1-2 en últimos cinco minutos); en la undécima, ante el Cádiz (de 1-0 a 1-2); en la vigésimo segunda, ante el Málaga (de 0-1 a 2-1) y en la vigésimo quinta, frente al Zaragoza (de 1-0 a 1-2).
En otros tres partidos, acabó aceptando el reparto de puntos después de haber tenido un gol de ventaja: en la séptima jornada ante el Mallorca (de 1-0 a 1-1); en la vigésimo primera ante el Extremadura (de 1-0 a 1-1); y en la trigésima ante el Cádiz (de 0-1 a 1-1).
Ante Osasuna, por primera vez esta temporada, desperdició dos goles de renta.
