Una tiene la sensación cuando ve a Celso Borges (San José, 1988) jugando al fútbol de que es un futbolista calmado y que no se deja influir por las circunstancias, sean buenas o malas. Él mismo corrobora que intenta encontrar un equilibro y con esa filosofía y naturalidad trata de inculcarle calma a sus compañeros en este tramo final liguero. El 'tico', que confía plenamente en la permanencia, admite que es complicado vivir por tercer año consecutivo un final de LaLiga apretado, pero afronta este momento difícil consciente de que es algo inherente al deporte.
¿Cómo está siendo esta semana? ¿Alguna diferencia en cuanto a nivel de activación o de trabajo?
No, bastante similar en cuanto a trabajo en el campo. Haciendo hincapié en cuestiones de orden defensivo y movimientos en ataque, aunque eso ya siempre se ha hecho bastante bien todo el año.
¿Es inevitable que este domingo el equipo tenga un ojo puesto en el partido del Sporting en Ipurua?
No, tú estás tratando de que todo salga bien por tu parte y que también vaya bien en el plano colectivo. Sabemos que ganando no hay ni siquiera que ver ni preguntar nada. Tenemos que centrarnos en lo nuestro y no perder energía en cuestiones que no podemos controlar.
Nosotros tenemos que estar callados y tratar de brindar una victoria a la afición
Otra vez una penúltima jornada contra el Villarreal. El año pasado acababa de certificar su pase a Champions, ahora quiere apurar sus opciones para ser quinto, ¿será un encuentro diferente?
Nunca es fácil, es un muy buen equipo y le da otro sentido a la competición y al partido el hecho de que se esté jugando algo, por supuesto. Pero pienso que es un conjunto que siempre mantiene su alma de competitividad bastante intacta, independientemente de la situación, así que tenemos que hacerlo bien.
Uno tampoco nunca sabe si el hecho de que el rival se juegue algo puede venir bien o mal. En El Sadar un Osasuna ya descendido salió más relajado...
Sí, exacto. Puede que un equipo que tenga menos cosas que perder salga de forma diferente. Depende siempre de lo alta que esté nuestra exigencia.
Eres un jugador que, independientemente de las circunstancias, siempre se te ve muy calmado. ¿La procesión va por dentro?
Es obvio que nos urge y queremos salir de esta situación y terminar con esto, pero es que no me gusta 'tirar todo al aire' cuando va todo súper bien y caer en depresión cuando va todo mal. En el fútbol es todo tan rápido que te das cuenta de que, sino disfrutas, al final la profesión se te pasa enseguida. Los momentos malos hay que saberlos, como decimos nosotros allá, apechugarlos e ir para adelante. Todos los partidos son una buena oportunidad y hay que entrenar. Me gusta ser como soy (risas).
Este año has disfrutado en la faceta ofensiva, siendo el segundo máximo goleador del equipo blanquiazul con seis tantos...
Siempre me ha gustado mucho llegar al área, ninguno de los tres años que ha estado acá lo he dejado de hacer. La fortuna es que cuento con compañeros que asisten bien. A veces me ha tocado estar en situación para meter el gol pero en un trabajo colectivo necesitas de movimientos, de asistencias y me ha tocado a mí en esta ocasión y le tocará a otro en la próxima. Estoy contento por todos.
Te hemos visto algunos partidos jugando en la mediapunta, ¿estás cómodo en esa posición?
Creo que desde la segunda línea es donde puedo aportar más. Y obviamente en cualquiera de esos roles hay que adaptarse, sin quejarse y sin decir nada al respecto. Es el entrenador el que decide. Él ve qué es lo mejor en cada partido y hay que cumplirlo.
Eres ya un veterano en estos finales de liga complicados, ¿qué le dices a tus compañeros?
No me gustaría ser un experto en estas situaciones (risas). Les digo que es muy largo y eso siempre da un grado de positivismo. Cuando estás en una situación así hay que afrontarla con tranquilidad, sin volverse locos y siempre hay espacio para la esperanza. Creo que este es un club que se merece estar en Primera División, al que nosotros nos enorgullece representar y tiene que ser nuestra labor hacerlo de la mejor manera.
¿Ha perdido en algunos partidos esa esperanza el Deportivo?
No, que va. Hablo de la esperanza no durante el partido, sino en términos generales. El día después del encuentro, esa noche cuando te acuestas, y el siguiente son lo más difíciles. Para ti, para tu familia, para todo el mundo. Y ahí es cuando no hay que perder la esperanza y la motivación de que viene otro día para trabajar y aceptar las cosas buenas y malas y trabajar.
No podemos gastar energías en cuestiones que no podemos controlar
¿No te cansa a nivel personal que llevemos ya varios años con estos apuros a final de Liga? ¿No esperabas que hubiese un desenlace distinto?
Estaría bien, creo que todos querríamos vivir un año tranquilo. Lo deseamos nosotros, nuestra familia y la afición también. Pero eso vamos a discutirlo cuando tengamos nuestro objetivo ya saldado.
¿Entiendes la postura de los seguidores que, tras animar todo el partido ante el Espanyol, os despiden entre silbidos?
Claro, hay que entenderlos. Es nuestro deber como jugadores aceptar cuando la gente no está contenta. Tienen todo el derecho a expresarlo y nosotros, callados, trabajando y tratando de brindarles una victoria. Espero que siempre sean muy conscientes de que siempre salimos a ganar los partidos. A veces ocurren cosas y tratas de darle la vuelta a la situación y no va.
Hace falta que el equipo se quede en Primera y también supongo que agradeceríais estabilidad en el banquillo...
Es algo con lo que todos hemos lidiado en nuestras carreras. Tengo un papá que es entrenador y sé muy bien como es la vida de los técnicos. Lo importante es que siempre haya una buena disposición del jugador con la gente que venga.
Cambiaste este año de representante y tienes contrato en vigor hasta 2019, ¿tu idea sigue siendo seguir en el Depor muchos años, a pesar de las adversidades?
Lo he pasado aquí muy bien y otras veces he tenido que sacar la cabeza fuera del agua pero eso no quiere decir que no disfrute mi tiempo aquí, de la gente, de la ciudad. Coruña es un lugar en el que me siento muy bien. Lo otro son tiempos difíciles que como profesional hay que saber afrontar. Sería muy bonito ganar siempre, claro que sí, pero cuando no lo es no vale decir `solo me gusta esto cuando gano'. A estos momentos hay que sacarles muchas enseñanzas.
