Según los números que el Deportivo presentará a sus accionistas en la Asamblea del próximo 28 de noviembre en Afundación, la temporada pasada destinó a indemnizar a los entrenadores, personal no deportivo técnico y jugadores una cifra próxima a los dos millones de euros, más del doble de lo que había abonado por ese mismo concepto en la anterior temporada (748.138 euros), en la que también se produjo un cambio en el banquillo con la incorporación de Pepe Mel por Gaizka Garitano.
El Deportivo empezó la temporada 2017-18 con el preparador madrileño al frente de la plantilla.
Esta semana se ha cumplido un año de su destitución. Entonces, le abrió las puertas del primer equipo al técnico que dirigía con éxito al Fabril en Segunda División B, Cristóbal Parralo. El cambio no sirvió para que el Deportivo reaccionara en el terreno de juego, los números del equipo siguieron siendo pobres y eso generó un nuevo relevo en el banquillo tras la destitución (y consiguiente indemnización) del actual preparador del Alcorcón.
Mientras, en la plantilla, antes de iniciar la temporada se les rescindió el contrato a jugadores como Laure, que después fichó por el Alcorcón, y Juan Domínguez, que recaló en el Reus (precisamente visita mañana Riazor).
También se produjo otra ruptura prematura de contrato a finales del pasado mes de enero. El Deportivo quería dejar una ficha libre para poder reforzar su centro del campo y con ese propósito rescindió unilateralmente el contrato que le unía al interior derecho portugués Bruno Gama.
En las cuentas que presenta el Deportivo no se especifica el importe que corresponde a cada destitución. En total, a los jugadores y técnicos de la primera plantilla que fueron despedidos, el club les tuvo que abonar 1,47 millones de euros. En el epígrafe correspondiente a los del segundo equipo, hubo una partida de 43.000 euros.
Tampoco acabó la temporada el director deportivo, Richard Barral. Las desavenencias con el club respecto a la forma de proceder en el mercado invernal y las diferencias con Cristóbal Parralo forzaron su salida cuando iba a comenzar el periodo de fichajes. La compensación por su cese está incluida en una partida que engloba al personal no deportivo técnico.
Bajo ese mismo epígrafe se incluye también a miembros del cuerpo técnico que no sean el entrenador, su ayudante y el preparador físico. El club, por ejemplo, rescindió el contrato del preparador de porteros Manu Sotelo. En total, ahí se fueron 283.409 euros para una suma global de indemnizaciones de 1.829.160 euros.
