Eneko Bóveda cree que, en Cádiz, el Deportivo sentó las bases para reaccionar, tras el mal arranque de curso, y se muestra convencido del potencial del equipo para reengancharse a la pelea por el ascenso.
¿Saliste contento de Cádiz?
Sí, hay una lectura buena que es el orden, la fiabilidad, la solidez. Yo soy defensa y, joder, después de cada partido, tener la sensación de que entran los balones en tu portería con cierta facilidad hace mella, que los jugadores vayan teniendo menos confianza en sí mismos, así que ese 0-0 ha sido un buen punto de partida.
Tres de los cuatro puestos de la defensa los ocupan jugadores nuevos. ¿Justifica eso la cantidad de desajustes?
No tengo la respuesta. Sí que hay factores que pueden influir como el hecho de que muchos jugadores son nuevos e incluso que ha habido muchos cambios en la alineación, probablemente por deméritos nuestros porque partidos como el de Huesca o contra el Numancia invitan al técnico a hacer más cambios, y eso hace que a uno le falten esos automatismos, mecanismos, esa mirada con la que te puedas comunicar. Tenemos que pelear contra la etiqueta de frágiles porque un equipo que coge fama de ser defensivamente blando no va a ser bueno nunca.
¿Os sentís inseguros?
No sé cómo está cada uno, pero es innegable que los jugadores no hemos dado nuestra mejor versión. Algunos será por adaptación, otros porque les ha tocado el día malo, pero nuestra situación clasificatoria es consecuencia de las malas notas de los jugadores.
Un equipo defensivamente blando no va a ser bueno nunca
¿Qué es lo que más te ha decepcionado hasta ahora?
Cuando empieza una nueva temporada, uno siempre sueña con que esa va a ser su campaña y de momento no está siendo así, pero si nos centramos todos en eso, nos va a ir bien. El equipo tiene unos objetivos que no son por los que ahora estamos peleando, pero hay tiempo, lo que hay que tener es fe y trabajo. Además, hay calidad de plantilla, aunque ahora cuesta vender a estos jugadores al alza.
Han venido jugadores ilusionantes, como Gaku, pero hoy parecen peores de lo que vimos en la primera jornada.
Lo individual se transmite a lo colectivo y viceversa. Si entras en esa nube oscura parece que no hay nivel, y no es así.
¿Qué tiene que pasar para despejar esa nube oscura?
No podemos dejar pasar las cosas que hicimos bien en el último partido. Vamos a quedarnos con eso y tratar de sumar algo más. En Cádiz tuvimos orden y solidaridad, pues ahora vamos a intentar aportar un poquito más con balón. Y a partir de ahí, que poco a poco crezca el equipo. Yo creo en las plantillas que van sentando las bases poco a poco y aún hay tiempo, aunque relativo.
En ataque, salvo Aketxe, poco generáis.
Empiezas a buscar los jugadores que están dando ese nivel que se les presupone y tú mismo lo has dicho, en muchos partidos nos hemos agarrado al buen estado general de Ager en el juego, en las faltas, en los toques. Él está bien, ha hecho unos partidos muy buenos, no sabemos si ese va a ser su nivel todo el año o quién sabe. Hasta ahora yo estoy muy contento de verle así porque es amigo mío y está disfrutando, pese a esto. Lo que tenemos que hacer es sumar gente a ese rendimiento, que seamos Ager y Eneko; Ager, Eneko y no sé quién… Siempre pueden salir partidos malos, pero la dinámica general tiene que ser que la gente se suelte.
Aketxe está inspirado, tenemos que ser inteligentes y surtirle de balones
Ahora mismo, dan ganas de que Aketxe lance cualquier falta, sea desde donde sea.
Lo de las faltas es algo que lo va a dar siempre, pueden entrar a gol, pueden pegar al larguero o un paradón del portero, pero si Ager está en el campo y hay una falta, va a ser peligro seguro. Pero no creo que su trabajo se esté limitando a eso y en muchos momentos del partido ha sido el faro, el líder o ese jugador que todo el mundo percibe que está inspirado y los balones le llegan a él. Tenemos que ser inteligentes y cuando un jugador está así, hay que surtirle de balones.
Otro jugador procedente del Athletic que esperamos como agua de mayo es Nolaskoain.
Generalmente, cuando el equipo está mal, la gente se fija más en los que están fuera. Peru ya vino con esa ilusión de tener aquí la oportunidad que no tenía en el Athletic y se le truncó el tema y ha acumulado más ganas de aportar y se le ve que es un jugador que tiene hambre de fútbol porque viene de estar en la cueva.
¿Con qué te quedas en este arranque de Liga?
Lo que más esperanza me da es que cuando un equipo individualmente tiene nivel es difícil que no salga a relucir. Igual que es difícil que 24 jugadores tengan la temporada de su vida, también es difícil que tengan la peor. Además, hay un detalle que habla bien de nosotros y es que hemos tenido dos partidos en situaciones anímicas muy malas, como han sido las visitas a Gijón y a Cádiz, donde vienes de un varapalo, con dudas, y vas fuera, y los equipos que no tienen alma o corazón en esos duelos se los lleva la corriente para abajo y se desentienden, mientras que nosotros nos agarramos al partido, conscientes de que probablemente no sea cuando mejor estemos, pero estamos centrados y no vamos a dejar que esto se hunda. Son dos partidos que, más allá de lo futbolístico, hablan bien del grupo en general.
¿Entiendes toda la presión que rodea al enfrentamiento con el Mirandés?
Sí, psicológicamente parecen condiciones exigentes porque clasificatoriamente estamos mal y el Mirandés quizá sea el rival con el nombre que menos luce en un marcador, pero conozco a casi todos los jugadores y son buenos. Tenemos los mismos puntos, por lo tanto no estamos para sacar el pecho para nada, así que a competir. Me gusta que haya coincidido en una semana larga, de sábado a domingo, para trabajar bien ese partido y confío en el equipo, por supuestísimo.
Nos hemos agarrado a los partidos y no vamos a dejar que esto se hunda
¿Cómo se lleva desde dentro cuando se ve que en el entorno ya hay dudas hacia el entrenador por los resultados?
Intento evadirme de todo eso, no tengo muchísimos amigos en A Coruña y no me es difícil abstraerme, pero uno sabe cuáles son las leyes del fútbol y que cuando un equipo no cumple sus objetivos, empiezan las encuestas y el runrún sobre el entrenador, pero el jugador es el último que tiene que opinar y el último que tiene que entrar en eso. Ya bastante difícil es encontrar tu mejor versión, como para empezar a jugar a ser tribunero, director deportivo... Esa no es nuestra labor. El aficionado, que tiene sus pasiones, es normal que hable de eso y sus debates son interesantes, pero nosotros, que si esto se hunde, nos hundimos nosotros también, no podemos gastar ni un segundo de energía en estas cosas.
Habéis perdido potencial respecto al curso anterior, pero ¿cómo os afecta veros tan lejos de los puestos de ascenso tan pronto?
Por una parte, no creo que el equipo de este año sea peor que el del año pasado. Vamos a esperar a final de temporada para verlo, pero ahí discrepo. En cuanto a vernos tan atrás en la clasificación, no ayuda. Tampoco ayuda jugar mal, pero hay que hacerse fuerte y darle la vuelta poco a poco. Las cosas no van a salir porque sí, todos en nuestra carrera deportiva hemos pasado por cosas como esta y peores y hay que recordar cómo salimos de ellas y ponerle remedio.
¿Así que seguís aspirando al ascenso?
Sí, por supuesto.
¿Te sorprende el gran arranque de temporada del Athletic Club?
Que estén tan arriba es una sorpresa para todos. También lo es que el Barça, el Madrid y el Atlético no lleven la dinámica de puntos de años atrás. El Athletic, desde el momento en el que Gaizka (Garitano) cogió el equipo, hizo clic. Conectó desde el principio, acertó con lo que ese bloque necesitaba y es un equipazo con pocas fisuras, hecho. Me alegro por los amigos que tengo allí y sobre todo por Gaizka porque ha sido la persona más importante en mi carrera deportiva, todo lo bueno que le pase a él y a Patxi (Ferreira) es como si le pasara a un familiar o a mi mejor amigo. Con el tiempo parece que van a hacer una carrera acorde a lo buenos que son.
En el Depor no se tuvo paciencia con él.
Todos tenemos en nuestra trayectoria deportiva años buenos y malos, pero la carrera te va poniendo en tu sitio.
