No hay precedentes entre el conjunto catalán y el coruñés, que coinciden por primera vez en la misma categoría después de que los blanquiazules descendieran el curso pasado a Segunda División, en la que su rival afronta su tercera temporada.
El Reus ascendió a la categoría de plata de la mano del actual preparador deportivista en 2016 y Natxo González continuó al frente de la plantilla en el curso 2016-17, en el que logró la permanencia.
Tras esa segunda campaña, González, que se había hecho cargo del equipo en 2014 en Segunda B, abandonó su disciplina para marcharse al Zaragoza.
Al conjunto aragonés le entrenó la temporada pasada y, a pesar de que tenía contrato en vigor, tras haber sido eliminado en la promoción de ascenso a Primera se comprometió con el Deportivo para intentar devolver a los coruñeses a la máxima categoría, objetivo que tiene entre manos.
El partido será especial para González y también para su segundo entrenador, Bernardo Tapia, que le acompañó en el Reus, el Zaragoza y el Deportivo, así como para el preparador de porteros del conjunto coruñés, Yvan Castillo.
Este se había quedado en el Reus cuando González y Tapia se fueron al Zaragoza, pero esta temporada hizo las maletas para incorporarse de nuevo al cuerpo técnico que encabeza el vitoriano.
La cita de Riazor también tendrá connotaciones especiales para un jugador del Reus, Juan Domínguez, que se formó en la cantera del Deportivo, desde la que llegó al primer equipo blanquiazul.
Domínguez, que contribuyó con un gol a la victoria al Reus la semana pasada ante el Rayo Majadahonda (2-1), afronta su segunda temporada en el club catalán tras haberse desvinculado del Deportivo en 2017.
Será la primera vez que el jugador nacido en la localidad coruñesa de Pontedeume y criado en la de Narón se enfrente al cuadro gallego.
Debido a su expulsión en el partido con el Córdoba, Natxo González no podrá estar en el banquillo del Deportivo tanto en el partido con el Reus como en el de la siguiente semana ante la UD Las Palmas en el Estadio de Gran Canaria.
En ambos casos, tendrá que dar instrucciones desde la grada ya que el Comité de Competición le sancionó por haberle dicho, según el acta, al cuarto árbitro del partido con el Córdoba “con la voz en grito, realizando aspavientos con los brazos de forma repetida y a poca distancia de su cara, ‘¡Esto es un cachondeo, siempre igual, vaya tela!’”.
De su paso por el Reus todavía quedan algunos jugadores en la plantilla. Es el caso del portero Edgar Badía y el capitán del equipo, Jesús Olmo, que ya formaban parte del plantel cuando ascendió a Segunda División.
