Deportivo y Granada han basado buena parte de su éxito este curso en la fiabilidad que han mostrado sus dos porteros bajo palos. Los dos arqueros, Rui Silva y Dani Giménez, actual ‘Zamora’ y segundo en la lucha por el trofeo, respectivamente, se han convertido en garantía de puntos para sus equipos.
Los dos han jugado todos los minutos de estas 24 jornadas ligueras, pero el coeficiente del meta nazarí es ligeramente superior al del blanquiazul: ha recibido 16 goles (0,67 %) por 18 que ha encajado el gallego (0,75 %).
Disciplina
En lo que sí mejora Dani a Rui Silva es en el número de tarjetas recibidas. Solo una lleva el blanquiazul, la que le sacaron en la jornada 23 ante el Sporting de Gijón, al entender el colegiado pérdida de tiempo en el saque de puerta, por dos del portero del conjunto granadino (la jornada ocho ante el Reus y en la 16 frente al Málaga). Buena parte del éxito del Granada bajo palos radica en que ha dejado la mitad de las jornadas su portería a cero. Por su parte, el Deportivo lo consiguió en diez de los 24 choques.
Rui Silva es más alto que Dani (1,91 mide el portugués por el 1,82 del de Pontevedra), lo que le permite ser un buen referente en el juego aéreo.
Juego de pies
Por su parte, el gallego es un especialista en el juego de pies, le gusta asociarse con su defensa para sacar el balón controlado desde atrás e incluso se ha atrevido en muchas ocasiones en regatear a adversarios en área propia. Silva, que descendió en la temporada 2016-17 con el Granada, aunque no llegó a disputar ningún minuto, pues era Ochoa el titular, suma con este su tercer curso en la entidad andaluza.
La campaña pasado disputó solo cuatro encuentros y ha sido ésta la de su explosión y confirmación como portero titular del Granada.
Su homólogo en el Deportivo, Dani Giménez, está viviendo un primer año en el club blanquiazul muy satisfactorio, a pesar de las dudas iniciales que suscitó para parte de la afición su llegada a A Coruña.
El portero gallego, a la sombra de Adán las últimas cuatro temporadas en el Betis, solo había disputado en ese tiempo diez partidos.
Una inactividad que no se notó, demostrando que todavía había mucho fútbol en sus botas. Sus actuaciones se han traducido en puntos para el Deportivo y han hecho olvidar el esperpento que fue la portería el curso pasado, con hasta cinco inquilinos distintos.
