La soledad de Escudero
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La soledad de Escudero

La soledad de Escudero
Sergio Escudero | JAVIER ALBORES

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Sergio Escudero prácticamente como única variante. Sergio Escudero como prácticamente única solución. El Deportivo ya ha arreglado parcialmente la salida de tres de sus centrales del pasado curso con la incorporación de dos más. También ha dotado de profundidad y diversidad la segunda línea de su ataque con el fichaje de Luismi Cruz. Y aunque busca otro central, mediocentro y delantero en el mercado, en estas dos últimas posiciones el problema no está en el número de efectivos disponibles, sino en el nivel. No sucede lo mismo, sin embargo, con el lateral izquierdo, otra de las piezas tan deseadas como necesarias.

 

El flanco zurdo de la defensa vuelve a ser, casi como en cada mercado, un nuevo quebradero de cabeza para el Dépor. La necesidad de volver a invertir tiempo en horas de visionado, redacción de informes, reuniones y llamadas sería obligada en el caso de que el club hubiese fallado en su último intento por nutrir la posición. Pero en esta ocasión, ni siquiera el acierto en las incorporaciones hace un año le ha permitido dotar de continuidad el puesto, en el que solo Sergio Escudero asoma como único jugador natural. Desde su llegada, Fernando Soriano ya ha fichado incorporado a cinco laterales zurdos: Balenziaga, Iano, Escudero, Obrador y Tosic. Solo uno continúa hoy. 

 

La salida de Iano Simao ha vuelto a dejar al vallisoletano huérfano de competencia y a Antonio Hidalgo sin variantes para dotar de profundidad un carril tan escaso de efectivos como carente de veneno por fuera. Porque en lo poco que ha podido enseñar como deportivista, Escudero mostró continuidad en la versión que le hizo protagonista en el último ascenso del Real Valladolid a Primera. Aquello fue hace dos temporadas. En el éxito blanquivioleta, Sergio fue lateral de posición y centrocampista de alma

 

 

El de Santovenia de Pisuerga ejercía sin balón como defensa exterior en línea de cuatro. Pero en ataque, su progresión a campo contrario por el pasillo externo era escasa. Escudero aparecía por posiciones centrales para ejercer como un mediocentro más. Era, de facto, el organizador del Pucela en los primeros pasos del ataque. 

 

Esa tendencia la enseñó también en el Deportivo. En la escasa etapa en la que dispuso de continuidad -con dolor-, entre su lesión de codo y su operación, su inclinación a situarse por dentro para aclarar los pases iniciales fue evidente. El mayor ejemplo fue en la goleada que el Dépor fue capaz de endosarle al Castellón en Riazor, en aquel partido entre semana en las vísperas de las fiestas de Navidad y al que continuó una dura derrota contra el Mirandés. En aquel duelo frente al otro campeón de Primera Federación en aquel momento, el rol de Escudero para soltarse desde el lateral izquierdo como una pieza más interior para sortear la elevadísima presión del equipo de Dick Schreuder resultó decisiva.

 

Luego llegó un nuevo parón por la decisión de operarse. Y tras su recuperación, un regreso paulatino en el que ‘Escu’ tuvo poca participación. Cuando le tocó entrar como suplente fue en situaciones en las que el equipo iba por detrás. Él actuó como lateral más puro. En esas circunstancias mostró su extraordinario golpeo de balón. Con su zurda es capaz de amenazar el área casi desde cualquier punto del campo rival. 

 

Sin embargo, también enseñó sus limitaciones a la hora de subir la banda. Escudero está lejos de aquella versión de lateral que recorría el carril en el Schalke 04 y el Sevilla. En su regreso al Real Valladolid fue un jugador mucho más posicional y en el Deportivo,  a punto de cumplir los 36 años, apunta a extremar esa tendencia. No por testarudez, sino por comodidad, pues su propia naturaleza le lleva a eso.

 

Yeremay condiciona

A esa circunstancia se le suma las características de Yeremay Hernández. El canario fue evolucionando en su etapa formativa desde mediapunta a extremo abierto, que pedía el balón pegado a la línea de cal para atacar en conducción o al espacio la profundidad. Sin embargo, Imanol Idiakez volvió a detectar en él esa capacidad para jugar en posiciones más interiores. Con un don para interpretar el espacio en el que recibir entre líneas y habilidad para recibir, girarse y eliminar rivales desde su intuición para perfilarse, su control orientado y su regate, el ‘10’ deportivista vuelve a ser un jugador más útil por dentro que por fuera. 

 

Con este desarrollo del internacional sub 21, el Deportivo ha perdido a un gran extremo natural para ganar a un extraordinario futbolista que parte desde la banda a pie cambiado para hacer daño en el carril central. El cambio ofrece un saldo positivo, pues cualquier acción tiene mayor incidencia si se desarrolla en lugares más cercanos a la portería. 

 

Pero a partir de esta modificación, Yeremay exige ahora un compañero de banda con larga proyección. En el balompié las sinergías entre individuos son fundamentales y la complementariedad de perfiles resulta un factor determinante. No parece ser el caso de Sergio Escudero y sí de un Rafa Obrador que encajó bien con el canario. 

 

Lo intentó retener el Deportivo, pero era imposible por el interés de equipos mucho más potentes que el herculino y la intención del Real Madrid de sacar un mayor rédito económico por él. Finalmente, el balear ha acabado en un grande de Europa como el Benfica como parte de la operación Álvaro Carreras y el Dépor sigue atento al mercado, con Ignasi Vilarrasa en el horizonte. El catalán no solo encaja en el perfil de lateral profundo que necesita el conjunto blanquiazul, sino que ha crecido como futbolista de la mano de Antonio Hidalgo.

 

 

Más opciones

Todavía sin ese lateral y a falta de otro extremo profundo que pueda partir desde la izquierda, más allá de posibles pruebas con Kevin Sánchez, de la apuesta decidida por Adrián Guerrero o del retorno de David Mella a la banda de su pie dominante, la diversidad es escasa para Hidalgo. Todavía más si el técnico quiere apostar por una línea de tres defensas que estará en su libreto al menos como variante. No encaja ahí Escudero como carrilero, aunque sí podría hacerlo como defensor por la izquierda acompañando a otros dos centrales. En el caso de utilizar a ‘Escu’ como parte de ese trío de la última línea, las opciones para el carril son todavía más escasas en la actual plantilla.

 

De nuevo Mella surge como solución, aunque no sería descartable que Hidalgo explotase la polivalencia de un Rubén López que ha multiplicado esa capacidad para rendir en varios puestos durante su año de aprendizaje en La Masía. El de Silleda no solo asoma como opción para el centro del campo. Sin Iano, hay un puesto de lateral izquierdo por cubrir que, de momento, lleva claramente su nombre. Así, López tendrá más oportunidades de convencer a Hidalgo y ganarse un puesto, esta vez sí, en la primera plantilla del Deportivo. Sea o no para solventar la soledad de Sergio Escudero.

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