La revista Panenka elige una camiseta del Dépor entre las más icónicas de la historia
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La revista Panenka elige una camiseta del Dépor entre las más icónicas de la historia

La revista Panenka elige una camiseta del Dépor entre las más icónicas de la historia
Bebeto celebra un gol con la camiseta del Dépor | AEC

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Cuando se habla de camisetas de fútbol, se habla de identidad, de emociones, de momentos que marcaron una época. Y pocas revistas han sabido conectar tan bien fútbol y narrativa como Panenka, que este verano celebra su edición número 150 con un número tan especial como nostálgico: una selección de las 150 camisetas más memorables de la historia. Entre ellas, una que late fuerte en A Coruña: la del Deportivo de Umbro, lucida entre 1992 y 1994 y diseñada por Enrique Cabarcos. La camiseta del Súper Dépor. La de Feiraco. La de los sueños que empezaban a hacerse realidad en Riazor.

 

Carlos Martín Río, redactor jefe de Panenka y uno de los responsables de dar forma a este especial, comenta que no solo rinde tributo al diseño, sino también a la épica. Porque en el fútbol, una camiseta no solo se recuerda por ser bonita: se recuerda por lo que pasó mientras alguien la llevaba puesta.


La nostalgia como punto de partida

La idea, relata Carlos Martín, llevaba tiempo rondando la redacción. “Coincidió que era el número 150 y que era la edición de verano, que siempre la usamos para hacer algo distinto”, explica. “La camiseta de fútbol es un objeto emocional, te conecta con momentos, con gente, con lugares. Queríamos rendirle un homenaje a ese símbolo”.

 

Y el momento no podía ser más propicio. En plena fiebre por lo vintage, con camisetas noventeras y logos retro colándose en la moda urbana, Panenka decidió echar la vista atrás y rescatar lo mejor de lo mejor. No solo por su estética, sino también por su contexto. “Hoy los equipos sacan cinco camisetas por temporada y se ha perdido un poco ese encanto, esa identidad de los 90", reflexiona.


Diseño y épica, los dos ingredientes del ranking

La selección no fue caprichosa. “Nos basamos en dos criterios: el diseño y la historia que hay detrás”, explica. Algunas entraban por puramente estéticas, otras porque fueron testigo de gestas inolvidables. “Hay camisetas que, si el equipo no hubiese hecho algo grande con ellas, no las recordaría nadie. Por ejemplo, la del Leicester campeón de Premier. Sin ese título, sería una camiseta más”.

 

También hubo sacrificios dolorosos. “Decidimos que ningún club español repitiera, para no descompensar. Eso nos obligó a dejar fuera algunas muy importantes, como la del Barça del Centenario o la del Madrid de Kelme con la que gana la Séptima”, confiesa. En Brasil también quedaron joyas en el tintero: “La del Fluminense, la del Cruzeiro con Ronaldo… pero había que cortar en 150”.

 

El Dépor, una elección con corazón (y cabeza)

Entre las 150 seleccionadas —una tarea “muy difícil”, admite— hay camisetas universales como la de Países Bajos del 74 o la de Alemania del 90. Pero también hay guiños emocionales, como el que le dedicaron al Dépor. De hecho en estas calificaciones la elástica blanquiazul empata con la máxima nota de diseño y épica a las camisetas de Países Bajos, la de Alemania, la de la Senyera del Valencia del año 78, Ghana 2010 y la de los 70 de la Real Sociedad. Por lo que para la redacción de Panenka, la del Deportivo, es una de las cuatro camisetas más memorables de toda la historia del fútbol.

 

“La camiseta del Dépor del 92 al 94 es especial”, afirma sin dudar. “Tenía una identidad única. Esas líneas verticales que se convertían en franjas horizontales a la altura del pecho, el azul, los números en las mangas, la publicidad de Feiraco… todo funcionaba”. Carlos, que veraneaba en su infancia en Galicia, recuerda llevar una camiseta con ese patrón sin escudo ni sponsor y que todo el mundo le dijera: “¡Esa es del Dépor!”. “Eso lo dice todo”, añade. “Era reconocible de reojo. Y eso es lo que la convierte en icónica”.

 

Además, la camiseta no solo era bonita. Representaba un punto de inflexión en la historia del club, que pasaba de ser un equipo ascensor a competir de tú a tú con los grandes.


La camiseta como símbolo cultural

El fútbol ha dejado de ser solo fútbol. Y las camisetas también. “Ahora la camiseta ha salido del estadio. Hay gente que viste camisetas sin saber siquiera de qué equipo son. Se han convertido en una prenda estética, en moda urbana”, señala. Pero en Panenka, la intención era otra: “Queríamos centrarnos en lo que significa para el aficionado: orgullo, memoria, pertenencia. Algo que va más allá del diseño”.

 

Su favorita personal, nos confiesa, es la de Brasil del Mundial 98. “Tenía 11 años, fue el primer Mundial que viví con plena conciencia. Ronaldo, Nike, el juego brasileño… me impactó”. Pero enseguida añade una mención especial gallega: “También le tengo mucho cariño a la del Compostela de los 90, con los colores de Galicia y la publicidad de Escurís. Era muy original, muy de allí”.


Panenka, memoria futbolera en papel

Con este número 150, Panenka no solo celebra un hito editorial. Celebra el poder de las camisetas como cápsulas de tiempo. Como arte. Y en esa galería de leyendas de tela, la del Dépor ocupa un lugar de honor. Porque fue bonita, sí. Pero sobre todo, porque fue testigo del despertar de un gigante dormido. Y porque, como dice Carlos, “de reojo ya sabías que era del Dépor”.

 

LaminaPanenka

 

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