Los delanteros del Deportivo solo han visto puerta en uno de los cinco últimos partidos (dos tantos al Calahorra en la única victoria en los seis choques más recientes), pero Borja Jiménez tiene confianza en sus puntas, en los números que han firmado y que les avalan. Los atacantes deportivistas están enfadados por la mala relación que atraviesan con el gol.
“Ellos podrían responder mejor a la pregunta de cómo están. Cuando no hace gol, el delantero está enfadado, aunque gane el equipo. Ahora, su ánimo no es igual que cuando marcan cada siete días. Pero es normal. Es el día a día de un equipo de fútbol. Tienen que estar tranquilos porque lo volverán a hacer. El gol se tiene o no se tiene y ellos lo tienen”, dijo el míster. No en vano, Quiles sigue siendo el máximo realizador del Grupo I de Primera RFEF.
Las ocasiones no están entrando. No las meten los delanteros y tampoco las convierten el resto de los jugadores. El técnico repasó el partido con el Racing de Ferrol. El análisis frío no cambia respecto al que hizo en caliente el sábado pasado.
“Sí creo que fuimos superiores porque, al final, cuando juegas la mayoría del partido en campo rival y el rival depende de transiciones... Es verdad que tuvieron una muy clara al inicio del partido, pero el peso lo llevamos nosotros. Veo la situación de (Diego) Villares (remate franco que se fue desviado) y me parece de empujar a gol, una de Mario (Soriano) que golpea, una de Juergen que saca tiro que si se la da a ‘Willi’ tiene mano a mano con el portero... Por eso después de ver el partido me sentí superior. Tenemos que mejorar en el último pase, esa toma de decisión, ahí. Estamos muy cerca del gol”, valoró.
En el debe del equipo, aprovechar esas acciones ofensivas que no están acabando en el fondo de la red rival en los últimos partidos.
“Tenemos que mejorar esa viveza de tres cuartos adelante, ese desparpajo.... Tener algo más de velocidad de pelota en la creación, necesitar menos contactos para llegar a situaciones de desborde. En el día a día veo al equipo más fluido, más ágil con la bola”, explicó el entrenador del Deportivo.
El partido con el Racing pudo haber tenido otro desenlace, pero el árbitro no vio una mano clarísima de Yeferson Quintana. “La imagen habla por sí sola. Sería penalti y expulsión, y el partido cambia, pero no se puede hacer más. El árbitro lo habrá visto en su casa y se estará danto cabezazos…. O no”, precisó.
Los errores arbitrales se repiten, pero no ve mala intención. “No creo en la mala fe de los árbitros. No
puedo creerlo. Son humanos y se equivocarán como nosotros o los futbolistas. Que hemos tenido mala suerte con los arbitrajes, pues igual sí. Es algo que no podemos controlar. Pero no puedo creer que haya una mano negra. Yo creo que lo hacen bien, se equivocan, pero que tienen buena fe”, aseguró el entrenador deportivista.