Lleva muchos años siguiendo la Segunda División. De hecho, este año Sergio Sánchez cumplirá la veintena de temporadas. No esconde su amor por el equipo de su ciudad, el Albacete, ni mucho menos, la tranquilidad que le produce tener una campaña en la que no se juegue nada.
Vaya Segunda División se ha quedado este año.
Es una de las mejores que recuerdo. Tenemos un campeón de Liga, el Dépor; un campeón de la Recopa de Europa, el Zaragoza; un casi semifinalista de Champions, el Málaga... Creo que, sobre todo por masa social, es la Segunda División más potente de las últimas décadas. En cuanto a jugadores y juego está bien, pero eso ya habría que analizarlo más a fondo para ver si es una de las más fuertes.
Está todo muy apretado.
Esta temporada es diferente en un aspecto, y es que los equipos en descenso se han descolgado muy rápido. Eso hace que por arriba, la lucha esté siendo muy ajustada. No suele pasar que, a estas alturas, haya ya dos descendidos, uno prácticamente y otro con muchos problemas para salvarse.
En la zona noble puede pasar cualquier cosa.
Lo que veo ahora mismo es que parecía que el Mirandés estaba teniendo un bache que le iba a dejar fuera y se ha reenganchado de nuevo. Ninguno se quiere quedar fuera. Puede pasar algo que no ha pasado nunca, que se decida todo, tanto el ascenso directo como los puestos del playoff en la última jornada.
¿Tendrán un final de temporada más tranquilo Albacete y Deportivo?
El Albacete, después de lo que ha sufrido en las últimas para salvarse, va a tener ahora una campaña de tranquilidad. La gente siempre quiere más y es lógico, pero ahora la sensación que existe es de relax. Como cuando vas al gimnasio y te das una paliza tremenda y después te das una ducha relajado. Ambos tienen opciones matemáticas de jugar el playoff, pero no son reales. Entonces ahora tienen cinco partidos para disfrutar. El Dépor encima viene de Primera RFEF. Desde fuera yo veo que ahora están en una situación muy buena, de tranquilidad y de ir poniendo la base de la ilusión para las próximas temporadas.
La gente siempre quiere más y es lógico. Ahora vienen cinco partidos para disfrutar.
Después del ascenso a Segunda se pensaba en volver a lograrlo, esta vez a Primera.
La mejor manera de contrarrestar eso es decirle al aficionado que hay un equipo como el Zaragoza que lleva 12 temporadas y va a por la decimotercera. Y si consiguen seguir en Segunda van a estar encantados. El Dépor ha tardado cuatro años en volver de Primera RFEF. Yo entiendo que es el Dépor, es un campeón de Liga y siempre está ese poso. El proyecto que se marcó es de cuatro temporadas para volver a Primera División y me parece un proyecto realista y ambicioso a la vez, porque no está renunciando a nada. Si das el salto tan pronto, lo que puedes hacer es estamparte.
Ahora Dépor y Albacete vuelven a medirse. ¿Cómo se vivió el 2-5 encajado en la primera vuelta?
Bueno, es que el Albacete se había convertido en un equipo, sobre todo durante el primer tramo de temporada, capaz de hacer partidos en los que te hacía enamorarte y otros en que lo odiases. Tenían una fragilidad defensiva que le hacía muchísimo daño. Sobre todo cuando se enfrentaba a jugadores de mucha calidad como tiene el Dépor en ataque, le costaba una barbaridad. Con el Dépor, después del playoff de ascenso, siempre parece que existe cierta enemistad, pero creo que es todo lo contrario. Con el Dépor la relación es de mucho cariño. Es cierto que nos han metido goleadas que han escocido.
¿Recuerda alguna?
Recuerdo estar en el campo en un 2-8. Estaba Molina de portero, el que fue luego portero del Atlético de Madrid, internacional con la selección española. Encima nos metieron un gol desde el centro del campo de Manjarín. Pero también recuerdo el año que el Albacete subió a Primera y asciende junto con el Dépor. Existe esa rivalidad, pero es deportiva.
¿Cómo ve el partido del próximo domingo en Riazor?
Lo veo como un partido para disfrutar. Me imagino que estará Yeremay y simplemente por verlo a él y a Kofane en el Albacete, ya merece la pena. Kofane es un chaval por el que ya se está peleando media Europa. Lo ficharon para el juvenil de División de Honor, subió a entrenar con el filial y de ahí ya al primer equipo. Es una barbaridad, es un rematador nato. Y Yeremay con la calidad que tiene... También Mario Soriano, lo que pasa es que Yeremay acapara todo, pero creo que el Dépor tiene muy buen equipo. Si hubiese defendido mejor durante un tramo de la temporada, hubiese tenido opciones de estar en el playoff.
Yeremay lo acapara todo, pero creo que el Dépor tiene muy buen equipo.
¿En Albacete existe ese miedo a que se lleven a Kofane?
La sensación es que va a ser imposible retenerle, como pasa con Yeremay. Por Kofane lo que hay es mucha ilusión, pero la sensación es que se lo van a llevar. Se habla del Sevilla, Betis, Chelsea, Mónaco... Luego ya sabes que los representantes lo inflan todo y aparecerá el Real Madrid y el Barcelona. Que dure lo que tenga que durar. Yo siempre digo una cosa cuando pasan estas cosas y es que ojalá nos quisieran quitar a todos los jugadores siempre. Porque hay temporadas en las que nadie quiere a nadie de nuestro equipo. Entonces mala cosa. Si en el Dépor se quieren llevar a Mella, a Yeremay, a Mario Soriano, es una gran noticia. Luego, si no se los llevan, pues mejor.
En el Dépor están despuntando varios jugadores de la cantera.
Sí, y es muy difícil. Al final, el tener jugadores de la cantera implica tener paciencia y permitirlo. Muchas veces hay que tener jugadores de la cantera, pero luego si el jugador de la cantera falla, ¿qué pasa? Porque al final la gente lo que quiere es ganar. Hay que encontrar ese equilibrio entre decir, oye, sí, tengo la cantera, pero para eso hace falta una labor también didáctica de convencer a la gente de que si apostamos por la cantera, eso no es garantía de buenos resultados. Se apostará por la cantera cuando esos canteranos puedan ofrecer resultados. Se ha visto con Kofane. Al principio también tuvo sus pitos. Hubo algún partido en el que el chaval, nervioso, no hacía un buen control y le pitaban. Creo que siempre es bueno tener cantera, que transmite una señal de identidad, pero para eso hay que estar convencidos, no solo el equipo, sino también la afición.
Hace falta una labor didáctica de convencer a la gente de que apostar por la cantera no es garantía de buenos resultados.
¿Puede estar pasando eso con Diego Gómez?
Es que no todos van a salir como Yeremay. Eso no va a pasar, no pasa en ningún sitio. Y si pasa, necesita un margen. Esos chavales siempre necesitan un margen. Tienen una identidad extra que ayuda mucho al equipo, pero llevan una presión extra. Aprovechar esa oportunidad es más complicado. A mí me encanta que haya canteranos y creo que es una señal de identidad que identifica a la ciudad, que hace que la gente se sienta más protagonista y que ayuda.
Pero creo que hay que tener en cuenta que no es sencillo, que muchas veces no se tienen canteranos no porque el equipo no quiera, sino porque no es fácil. Y esto es fútbol profesional.
Hemos visto que has estado hace poco en Riazor. ¿Ya habías visitado el estadio?
Sí, sí. He estado muchas veces en Riazor. También he estado corriendo por la playa de Riazor. Cuando voy siempre aprovecho para dar un paseo, haciendo deporte, para comer... Es un estadio de lujo. A mí lo que me vuelve loco es el apoyo social. Que, además, en Primera RFEF sigas teniendo ese apoyo que ha tenido el Dépor... Eso no lo tienes que cambiar por nada, ni por títulos. El tener esa señal de identidad de un equipo, eso no es fácil, no es nada sencillo.
No ha sido sencillo tampoco el apagón. ¿Cómo lo has vivido?
Pues el apagón ha sido... Mira, tenía un día muy chulo porque iba a un acto en Albacete, en mi tierra, con unos premios e iba pensando en lo bien que me lo iba a pasar. Iba en el AVE y a la altura de Tarancón, por Cuenca, se paró. Y bueno, pasó lo que le ha pasado a muchísima gente, nos tuvieron que evacuar. Todo fue bien porque nos atendieron muy bien. Nos pusieron en un pabellón, pero nos dieron comida, bebida... Estaba hasta el alcalde de Tarancón allí. Yo salí a las diez de la mañana y llegué a las once del día siguiente sin haber llegado a mi destino. Al final se va a quedar en anécdota. Por lo menos para mí. Me sirvió para acordarme de la gente que sufrió la DANA. Yo eso no lo había vivido nunca. Me acordé de los inmigrantes que llegan. De vexz en cuando viene bien vivir algo así, para poner los pies en el suelo y darte cuenta de lo que le pasa a alguna gente que tú tienes el privilegio de no sufrir.